El Lear 135 matrícula LV BPA perteneciente a Flying América S.A.- había partido esa mañana desde el aeropuerto bonaerense de San Fernando.
En ese trágico siniestro perdieron la vida el piloto comercial Claudio Canelo, su segundo al mando Héctor Vittore, Diego Ciolfi el médico y la enfermera Denise Torres García; todos oriundos de Buenos Aires.
Se trataba de un vuelo sanitario que partió del aeropuerto de San Fernando en la provincia de Buenos Aires, y tuvo una recalada en Comodoro Rivadavia y la finalización de la derivación de un bebe de 5 meses oriundo Río Grande quien acompañado por su mamá y su padre.
Cuando del avión, que repostó combustible y se preparó para retornar al destino de origen, llegó al final de la pista y el piloto intentó ganar altura, pero una imprevista falla técnica le frustró fatalmente la maniobra.
El avión se frenó bruscamente en el aire, se inclinó hacia la izquierda y cayó casi de costado, con estrépito, contra una verja de madera sostenida por caños de hierro en terrenos todavía de la Base Aeronaval.
La investigación incluyó el análisis de la caja negra en Estados Unidos, así como una evaluación de la Junta de Seguridad en el Transporte que depende de Nación, a fin de emitir recomendaciones a futuro para la aeronavegación civil.
En este punto de análisis mecánico ya se confirmó que la falla fue una desconexión en un clip entre los controles de piloto y copiloto con los alerones. Esto hizo que las maniobras de ambos no ejercieran control alguno, tornándose incontrolable ante la hipótesis de que un motor pierde potencia.
Se estima que los cambios de temperatura en esta zona pudieron influir en este comportamiento de la pieza, dado que la aeronave estaba al día con el mantenimiento. Más allá de esto se dispuso judicialmente una inhibición de bienes preventiva tanto para la empresa Flying Argentina como para el taller Air Delta encargado del mantenimiento y que responde a los mismos dueños.
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