El procedimiento surgió en relación a una denuncia llevada a cabo por la propia dirección de la unidad penitenciaria, a partir de una revisión periódica que se realiza en los equipos informáticos, del cual el recluso Walter López condenado a 22 años de prisión por homicidio poseía para sus estudios.
En razón a esto, se constató en una galería de conversación por una red social, la comunicación con una persona del exterior en donde se manifestaba facilitar el ingreso de estupefacientes para su venta dentro de la cárcel mediante la intermediación de un cabo que presta servicio en la misma Unidad.
Como resultado de esa requisa y la denuncia que interviene el fiscal federal Marcelo Rapaport, se ordenó una serie de allanamientos, el primero en la celda de López donde se incautó una CPU de escritorio notificándose de derechos y garantías.
Las tareas de investigación se extendieron en la jornada del martes cuando se allanó la vivienda del cabo que presta servicio precisamente en el sector de la cocina de la Unidad.
Al respecto del operativo llevado adelante por Gendarmería Nacional en una vivienda de calle Los Sauces, se secuestró un teléfono celular para determinar la existencia efectiva de algún tipo de conversación para efectuarse la maniobra ilícita dentro del ámbito carcelario. La investigación continúa en curso, mientras que se instruye un sumario interno para la separación del cargo del penitenciario supuestamente involucrado.
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