Este viernes 6 de enero finalizó la primera semana del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa en los tribunales de Dolores, en el que los rugbiers deben enfrentarse al cargo de “homicidio agravado”.
Las audiencias comenzaron el lunes 2 de enero y se espera un veredicto para finales de mes. Con barbijo y sin demostrar algún tipo de emoción, los rugbiers presenciaron cada jornada, mientras se escuchó el doloroso relato de la madre y el testimonio de cada uno de los testigos.
Primer día, el desgarrador relato de los padres de Fernando Báez Sosa
En la primera jornada del juicio, se escuchó el duro relato de la madre de Fernando, Graciela Sosa. “Fernando era muy feliz, no tenía enemigos”, dijo la madre del joven asesinato el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
De acuerdo con el relato de Graciela, la víctima vendió su play para poder disfrutar con amigos. Más allá del recuerdo de la madre, la parte más dura llegó cuando tocó hablar de cómo se enteró de la muerte de su hijo.
“Me llamó la mamá de un compañero de Fer y me preguntó si me había enterado de lo que había pasado. ‘Fernando está muerto’ me dijo”, narró Graciela.
En ese sentido, contó que se dirigió inmediatamente hacia Villa Gesell donde tiempo después vio el cuerpo de su hijo en la morgue “con la cabeza destrozada”.
El testimonio de la madre del joven conmocionó a todos los presentes, a excepción de los rugbiers que mantuvieron su distancia. Ella los miró a la cara y les preguntó: “¿Por qué hicieron eso?”.
Luego del testimonio de Graciela, habló Silvino Báez, el padre de Fernando, quien contó los hechos de manera similar, pero agregó: “Me llena de orgullo sentarme acá y hablar de él. Con graciela siempre luchamos para que no le pase nada. Fernando era el ser más amado de mi vida. Los días más felices eran sábado y domingo porque estábamos todos juntos”.
El relato del padre llegó a conmover a Máximo Thomsen, el “líder” del grupo de rugbiers y el principal acusado por haber sido quien habría dado la “patada final” que terminó con la vida de Fernando afuera del boliche Le Brique.
Segundo día: la palabra de los amigos
El martes 3 de enero fue el turno de los amigos de Fernando que estuvieron presentes durante la pelea, lo que permitió reconstruir los hechos
Los chicos pudieron identificar a Enzo Comelli, Máximo Thomsen, Lucas y Luciano Pertossi, Matías Beniclli y Ayrton Viollaz, como los atacantes y aseguraron que la agresión fue direccionada.
“Fue un ataque feroz y sin piedad”, dijeron los testigos. A Thomsen, le adjudicaron “tres patadas en la mandíbula”, mientras que a Comelli lo responsabilizaron por el golpe que desestabilizó a Fernando.
Uno de los amigos de la víctima sostuvo que “le pegaban puntinazos en la cara”, al tiempo que calificó a la agresión como una “emboscada”.
Con respecto al inicio del conflicto dentro de Le Brique, narraron que “alguien le había tocado la cara a Julián y Fernando quiso separarlos”. Luego de que los patovicas lo sacara del lugar, el joven se compró un helado y habló con sus amigos de manera “distendida” hasta que “los atacaron”.
“Hijos de puta” y la “saña”: el exabrupto de Burlando antes del testimonio de los patovicas
El clima se comenzó a tensar el miércoles 4 de enero en la sala de audiencias de dolores cuando declaró Pablo Ventura, el joven que fue incriminado por los rugbiers.
Su testimonio complicó aún más a los acusados, puesto que afirmó que son conocidos por “pegar en grupo”. “Se pelean después de las jodas y a la salida de los boliches”, indicó.
Algunos periodistas presentes en la sala dijeron haber notada ciertas sonrisas entre los acusados, por lo que consultaron al abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando, sobre esta situación. En consecuencia, el letrado enfureció contra los imputados.
“¿De qué se ríen hijos de puta?”, lanzó y reiteró: “Si se rieron, no me queda más que decir que son unos reverendos hijos de puta”.
Tras su polémica declaración, comenzaron a declarar los patovicas que expulsaron del boliche a Fernando, sus amigos y los rugbiers. El jefe de seguridad de Le Brique, Alejandro “Chiqui” Muñoz, confesó que “requirió ayuda” para sacar del boliche a Thomsen.
“Nunca vi nada igual, era saña”, aseguró Muñoz quebrado en llanto y enfatizó: “Hace veinte años que trabajo de esto y nunca vi nada igual, todo patadas”. En ese sentido, relató que, debido a la situación, estuvo “cuatro días sin dormir”.
Más tarde, habló otro de los seguridad, quien dijo que vio a Fernando pegarle “un golpe en el estómago”. Luego, fue el turno de quien tuvo que expulsar a Benicelli. En ese momento, escuchó a Thomsen decir: “A él no lo sacas”, por lo que sumó que “lo miraba con cara de loco”.
Cuarto día: el RCP
Durante el cuarto día de juicio, el testimonio más importante fue el de la joven que le realizó RCP a Fernando. Se trata de Virgina Pérez Antonelli, quien relató que le pedía al joven que “se quedara con ella”.
“Pudieron haber sido solo cinco minutos, pero fue como una hora”, recordó. La joven fue fuertemente atacada por el abogado de los rugbiers, quien intentó todo el tiempo desacreditarla.
La chica se tomó el trabajo de explicar paso por paso no solo la maniobra que le había realizado a Fernando, sino también cómo se debe actuar en estos casos. “Es mejor tener a una persona con la costilla rota y viva, que una persona muerta”, dijo.
Quinto día: la palabra de los policías y el testimonio que complica a los rugbiers
Durante la quinta audiencia, los policías que trabajaron en el caso contaron cómo fue el momento de la detención. “Pedimos las cámaras de seguridad y entonces se determinó hacia dónde se fugaron”, contó el comisario mayor Lucio Ariel Pintos.
Luego de eso, otros efectivos dieron testimonio sobre el estado de los rugbiers al momento de ser detenidos; incluso, uno de ellos precisó que fue Thomsen quien inculpó a Ventura.
Así, terminó la primera semana del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, por lo que se espera que la próxima audiencia comience el lunes 9 de enero.
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