Con el programa financiero cerrado para 2022, el Gobierno enfrentará esta semana la última licitación de deuda en pesos del año por unos $70.000 millones. Se trata de un vencimiento menor, ya que el grueso fue cubierto en el primer llamado del mes donde se logró un porcentaje de renovación del 201% de lo que vencía.
Desde la formalidad, el Gobierno logró atravesar el año obteniendo fondeo necesario en el mercado doméstico, pero eso no significa que haya recobrado la confianza en el “riesgo Tesoro”. Las dudas sobre la deuda en pesos permanecieron, en parte, porque en el primer semestre Martín Guzmán no dio señales de reducir el gasto, y en segundo lugar, por las amenazas de reestructuración de vencimientos en 2024 que surgieron desde la oposición.
Este mes, Massa pudo volver a conseguir financiamiento en pesos, revirtiendo la tendencia de las últimas licitaciones. Tenía vencimientos por $410.000 millones y logró que le presten $830.000 millones. Con ello, el año está cerrado, más allá del resultado de la última operación de este miércoles.
En Finanzas ya están mirando a 2023. El escenario de enero luce como muy desafiante para el equipo de Sergio Massa. En apenas unas semanas tendrá que enfrentar compromisos por el equivalente a u$s17.000 millones. Eso se desgrana del siguiente modo: u$s6,316 millones en títulos en pesos (el 50% está en manos de organismos del estado), u$s1.115 millones en títulos en moneda extranjera, u$s2.587 millones con el Fondo Monetario Internacional, u$s327 millones con otros organismos multilaterales, u$s230 millones de adelantos transitorios del BCRA, u$s7.333 millones en Letras del Banco Central y otros por u$s4 millones, según datos de la Oficina del Presupuesto del Congreso.
Los problemas con la deuda en pesos arrancaron antes de junio, durante la gestión de Guzmán. En ese momento había trascendido que los economistas de Juntos por el Cambio habían advertido al mercado que el Gobierno estaba acumulando una gran cantidad de vencimientos dentro del próximo período presidencial y que de continuar así iba a haber una reestructuración forzada. Desde ese momento, el Palacio de Hacienda se vio obligado a ir corriendo la pared de vencimientos que se le iba armando cada cuatro meses.
En junio Economía lanzó un canje de las Ledes y Lecer por $563.000 millones. En agosto, Sergio Massa lanzó otro canje voluntario. El Tesoro debía afrontar vencimientos por $615.862 millones en agosto, $1.123.801 millones en septiembre y $807.068 millones en octubre. Luego de ello, logró reducir los vencimientos proyectados a
$115.318 millones, $209.337 millones y $155.336 millones, respectivamente. En noviembre, Massa volvió a recurrir al canje de títulos para descomprimir la situación, aunque con relativo éxito. Había conseguido que solo el 61% de los tenedores participen de la operación. Los vencimientos del último bimestre totalizaron $1,5 billones, que el Palacio de Hacienda logró postergar para abril y junio del 2023.
Analistas privados consideran que, de alguna manera y por más que se acumulen vencimientos, el Gobierno va a “rollear” la deuda en pesos, más allá de los temores que tengan los inversores. La explicación es que el mercado no tiene escapatoria hacia el dólar. Al haber un cepo estricto, los pesos quedan atrapados y no tienen mayores opciones de inversión para correr contra la inflación. Es decir que, aun llegado el caso de que le pidieran al Tesoro que le devuelvan los pesos, estos no tendrían dónde ir, por lo cual es de esperar que en la medida en que se vayan aproximando los nuevos vencimientos, no van a tener otro camino que arriesgar a 2024.
Algunas señales a favor dieron en el último mes los economistas de la oposición. Hernán Lacunza indicó en reiteradas ocasiones, en charlas con inversores, que es su intención respetar los compromisos asumidos por el Estado. De hecho, saben que el mercado doméstico va a ser la única fuente de financiamiento, por lo menos al inicio de una próxima gestión. Por su lado, Eduardo Levy Yeyati, que asesora a los equipos de la UCR señaló en una presentación pública que los técnicos de la oposición trabajan sobre el problema de los vencimientos en pesos con planes de carácter voluntario. Es decir, no se piensa en reestructuraciones forzadas.
¿Cómo siguen los vencimientos? En febrero, va a haber que atender compromisos por el equivalente a u$s8.064 millones. De ellos, los títulos públicos en moneda nacional representan u$s6.822 millones (la mitad en manos privadas); con el FMI hay otros u$s562 millones; con otros multilaterales, u$s156 millones; y de adelantos transitorios del BCRA, u$s449 millones.
La magnitud de compromisos que tiene que atender el Tesoro en el primer bimestre hace suponer que podría avanzar con una nueva operación de canje de deuda, que trate de llevar los vencimientos para fin de año.
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