Apolinaire recordó que la decisión del Gobierno Nacional, tomada de manera abrupta el 18 de marzo, sorprendió a todos, especialmente cuando, hasta ese momento, se había trabajado de manera conjunta entre las entidades rurales y los ministros del Gobierno. “Fue una determinación inesperada, y por eso nos organizamos en la mesa ovina patagónica para alertar sobre los peligros de esta flexibilización”, afirmó. En este sentido, destacó el respaldo recibido por el gobernador Melella, quien, según Apolinaire, comparte la preocupación sobre la importancia de mantener la barrera sanitaria, vital para la salud pública y el sector productivo.
Durante la charla, la presidenta de la Asociación Rural detalló cómo el estatus sanitario de libre aftosa sin vacunación en la Patagonia no es un logro simple, sino el resultado de décadas de esfuerzo y cumplimiento de estrictos protocolos. “Lograr este estatus ha sido un trabajo arduo. Desde pequeña, recuerdo las medidas que se tomaron para llegar hasta acá. Ahora, estamos trabajando para que la barrera sanitaria se mantenga, no solo por la salud de los animales, sino por la de las personas”, expresó.
Además, subrayó el peligro de una flexibilización que podría afectar gravemente a la región. En sus declaraciones destacó que si bien Brasil, Paraguay y Bolivia avanzan hacia un modelo libre de aftosa sin vacunación, el riesgo que implica mantener la vacunación en Argentina está relacionado con brotes internacionales, como los ocurridos en Alemania, Hungría y Eslovaquia. “La medida de flexibilización no tiene en cuenta estos riesgos, y si llegara a producirse un brote, podría aislar a Tierra del Fuego, afectando tanto a la producción como a los mercados internacionales”, remarcó.
Apolinaire también detalló la respuesta inicial del Gobierno Nacional, que en principio buscó justificar la flexibilización para reducir los costos de la carne. Según la dirigente rural, la explicación apuntaba a la presión que ejercen las provincias productoras del norte para acceder al mercado de la Patagonia, pero sin considerar las particularidades geográficas y productivas de la región. “Entendemos que hay una presión del norte del país, pero no es lo mismo producir en la Pampa húmeda que en la Patagonia. En nuestra provincia las condiciones son mucho más complejas”, manifestó.
Aunque la medida está en revisión y el Gobierno Nacional ha reconocido que se apresuraron en su implementación, Apolinaire resaltó la importancia de la unidad del sector agropecuario. “La mesa de enlace y los ruralistas patagónicos estamos muy firmes en nuestra postura. Sabemos que si se levanta la barrera sanitaria, se pone en riesgo todo lo que hemos logrado en términos de calidad sanitaria”, explicó.
En cuanto a la situación actual del agro en Tierra del Fuego, comentó que la temporada de otoño comenzó con la venta de bovinos y corderos, y que, si bien el clima y las condiciones del campo siguen siendo un desafío, el sector sigue adelante con optimismo. “Nos preocupa también el tema de los perros asilvestrados. Con evidencia científica de CADIC y CONICET, sabemos que los perros que están en el campo crecen a una tasa anual del 60%. Sin embargo, lo positivo es que ahora contamos con la Ley 1146, que tiene un comité de seguimiento. El año pasado nos reunimos varias veces, y la semana pasada tuvimos otro encuentro. El Gobierno ha elaborado un programa de comunicación que pronto saldrá a la luz. Además, se ha realizado un conteo de perros sueltos en Río Grande, Tolhuin y Ushuaia, y esos datos están siendo procesados”.
“Lo importante es que ahora todas las partes involucradas en el tema, como salud, la comunidad científica, veterinarios, productores, el área de ambiente y todos los sectores del Gobierno, estamos trabajando en conjunto. Esto lo vemos como un avance. Por lo menos, estamos trabajando con datos concretos y con un enfoque organizado para abordar la situación”, sostuvo.
Y concluyó, “Antes se hablaba de muchos perros sueltos en Río Grande, pero sin tener cifras claras. Ahora, las estimaciones indican que hay alrededor de 14.000 perros sueltos. Con esta información, ya sabemos lo que hay que hacer. Es hora de tomar medidas concretas, que van desde la responsabilidad de cada persona en su hogar hasta el trabajo coordinado entre el municipio y la provincia”.
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