En tan solo ocho meses, el local especializado en la venta de productos naturales y suplementos sufrió más de diez robos, registrando importantes pérdidas económicas. Las cámaras de seguridad del lugar captaron gran parte de los episodios, permitiendo identificar a varios de los responsables, aunque esto no alcanzó para frenar la repetición de los hechos.
Los robos se producen con una modalidad marcada por la planificación: quienes ingresan al local simulan ser clientes, solicitan productos o hacen compras menores, mientras aprovechan puntos ciegos del negocio para ocultar mercadería de alto valor, como vitaminas y proteínas. En otros casos, también sustraen artículos más pequeños como gelatinas, soja o frutos secos.
Desde el comercio estiman que las pérdidas ya superan los $400.000. En el último hecho registrado, se llevaron apenas tres productos, pero cuyo valor conjunto ascendía a más de $70.000.
Además de la frecuencia de los robos, lo que más inquieta a quienes trabajan en el lugar es que las personas involucradas no presentan un perfil típico de delincuentes. Muchos de ellos se comportan como clientes habituales, lo que dificulta detectar la maniobra en el momento.
Pese a que han realizado denuncias cada vez que lograron documentar los robos con las cámaras, aseguran que la respuesta institucional no ha sido suficiente. Actualmente evalúan llevar los casos directamente a la fiscalía para impulsar acciones más concretas.
El problema no se limita solo a este comercio: otros locales de la zona han reportado situaciones similares, e incluso reconocen a los mismos autores al compartir imágenes entre vecinos.
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