Para evitar una mayor presión inflacionaria antes de las PASO, el Gobierno volvió a postergar ayer en forma parcial el aumento del impuesto a los combustibles líquidos (ICL), que originalmente debía aplicarse en julio. El incremento ahora se repartirá entre agosto y septiembre.

A través del decreto 531, publicado ayer en el Boletín Oficial, el poder ejecutivo dispuso una suba de 3% en el impuesto a los combustibles líquidos y decidió posponer para septiembre el resto del alza que debía regir este mes, por lo que ahora las petroleras analizan si trasladarán ese costo a los surtidores o lo absorberán.

El ICL debía haber aumentado un 11,8% por litro en julio, pero el gobierno solo dispuso un incremento del 3,9% el mes pasado para mitigar el impacto en la inflación, por lo que se esperaba una corrección del 7,9% en agosto para completar el ajuste, que es de aplicación trimestral de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor ( IPC).

Sin embargo, a sólo 10 días de las PASO, la administración macrista volvió a desdoblar el aumento: un primer tramo de 3% desde ayer y otro de 4,9% en septiembre.

El decreto del Poder Ejecutivo señala que "resulta conveniente prever una mayor gradualidad, determinando que el incremento total en los montos del impuesto originado en la actualización del mismo, surta efectos para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1 de setiembre próximo".

Con esta medida, el incremento vigente desde ayer es de $0,310 por litro para nafta sin plomo y de más de 92 RON; nafta virgen; gasolina natural o de pirolisis; solvente y aguarrás; y de $0,191 por litro para el gasoil, el diésel oil y el kerosene.

Traspasado a precios, el impacto del impuesto debería ser de $0,27 para las naftas y de $ 0,17 para el gasoil, ya que se debe descontar la composición del corte de un 12% de bioetanol para el primer producto y del 10% de biodiesel para el segundo.