El país deberá abonar este miércoles 1.885 millones de dólares en concepto de pago de capital de la deuda de 44.000 millones de dólares que contrajo la administracion de Mauricio Macri en 2018.
La Argentina abonará este miércoles cerca de US$ 1.900 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), en concepto del primer pago de capital del mega préstamo contraído por la administración de Mauricio Macri en 2018, que dejó un deuda de 44.000 millones de dólares.
Para el pago casi exacto de 1.885 millones de dólares (equivalente a 1.327 millones de DEG, la moneda del FMI), se utilizarán parte de los Derechos Especiales de Giro distribuidos por el organismo a los distintos países miembros a fines de agosto, cuando la Argentina recibió el equivalente a 4.334 millones de dólares.
En cuanto al proceso, no se trata de un giro de fondos, ya que los recursos que recibió en la Argentina están en una cuenta que debita automáticamente el FMI.
Para lo que queda de 2021, restan pagar al FMI casi US$ 400 millones en intereses en noviembre, y otros 1.880 millones de dólares el próximo 22 de diciembre, en el caso de que el Gobierno no alcance antes a cerrar un nuevo programa de financiamiento con el organismo multilateral.
El acuerdo con el FMI está previsto para la ejecución del Presupuesto 2022, según el proyecto enviado la semana pasa al Congreso por el Ministerio de Economía.
Según explicó el Palacio de Hacienda, este año no hay aumento del gasto del Presupuesto y ya están previstas las fuentes de financiamiento, por lo que no existe necesidad de usar esos los fondos de DEG para financiar al gasto de 2021.
En consecuencia, el uso de parte de los DEG está previsto en el nuevo DNU 622/21, que determina su empleo para el ejercicio 2022 en el marco de un esquema que garantiza que al FMI se le pagará igualmente con reservas.
El nuevo DNU dispuso un mecanismo indirecto para aplicar los nuevos recursos al pago de la deuda con el Fondo y, al mismo tiempo, poder hacer frente a los gastos internos, mientras continua la negociación con el organismo.
El mencionado esquema consiste en usar al BCRA de intermediario para el pago al FMI: como el Tesoro es dueño de los DEG, éste se los vende al Banco Central; luego el Central los paga con pesos, que el Tesoro utilizará para abonar adelantos transitorios obtenidos a través de la institución monetaria.
Asimismo, el Tesoro emitirá un nuevo título de deuda, conocido como Letra, para comprar esos DEG al BCRA, que luego se van a usar para pagarle al FMI.
En consecuencia, el agente de pago del gobierno, el Banco Central, le pagará al FMI y se quedará en su balance con una Letra del Tesoro por un monto equivalente, una deuda a futuro que posteriormente deberá ser cancelando por el Tesoro.
Para ello, planteó la necesidad de un "acuerdo multilateral sobre restructuración de deuda soberana".
Dijo también que la prorroga de la suspensión de servicios de deuda impulsada por el G-20 es una medida "provisoria e insuficiente".
"Celebramos la ampliación y distribución de los DEG del FMI", agregó, y resaltó que "Argentina es un país que ha sido sometido a un endeudamiento tóxico e irresponsable con el Fondo Monetario Internacional, insostenible, un 'deudicidio'".
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