“Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional.” Manuel Belgrano
Ya el Triunvirato había aprobado el uso de escarapela nacional a pedido de Belgrano que en Rosario supervisaba la construcción de las baterías Libertad e Independencia para proteger el río. No conforme con el simbolismo de esos nombres, creyó oportuno marcar a fuego sus ideales y proyecto de Patria con la creación de la Bandera Nacional. María Catalina Echeverría de Vidal -hermana de su amigo Vicente Anastasio- fue la encargada de confeccionar con telas de la tienda de Pedro Tuella el primer pabellón de dos franjas. Este gesto soberano no sería acompañado por las autoridades que posteriormente ordenaron que “...haga pasar como un rasgo de entusiasmo el enarbolamiento de la bandera blanca y celeste, ocultándola disimuladamente…”.
A las 6.30 de la tarde del 27 de febrero de 1812 el General Manuel Belgrano se dirigía con estas palabras a un joven santafesino:
- “Vea si está corriente la cuerda y ate bien la bandera para llevarla bien alto, como debemos mantenerla siempre…”.
Ese joven quien tuvo el honor de izar por primera vez la enseña de la patria naciente, fue Cosme Maciel, máxima autoridad civil presente, pues desempeñaba funciones como Regidor del Cabildo de Santa Fe.
- Me hallaba accidentalmente en la Villa de Rosario, y entusiasta como todos los jóvenes de mi tiempo por la causa de la Patria, ayudé al General Belgrano a levantar la batería sobre la barranca tras de la actual Iglesia. Qué grata sorpresa tuve cuando el día de su inauguración acabado de plantar el mástil, formada ya la tropa sobre la batería.
Oriundo de la ciudad de Santa Fe, Cosme Maciel, nació el 1 de noviembre de 1784. Hijo del alcalde de la ciudad Domingo Maciel y Lacoizqueta y de su tercera esposa doña María López Pintado. En su ciudad natal se dedicó al armado de embarcaciones de cabotaje realizando viajes comerciales a Buenos Aires. Conoció a Belgrano cuando éste marchaba a la Expedición al Paraguay y colaboró con sus barcos para el traslado de tropas entre Santa Fe y La Bajada (hoy ciudad de Paraná).
En enero de 1812 prestó su colaboración al coronel de Ingenieros Ángel Monasterio proveyendo la madera necesaria transportada por su sumaca desde las islas a la costa. A la llegada de Belgrano a Rosario fue recomendado por su accionar por Monasterio que fue nombrado ayudante principal del cuerpo de cívicos que se había formado. Al inaugurarse la “Batería Libertad” Belgrano le dio el honor de enarbolar la primera bandera argentina.
En 1816 fue uno de los jefes de la insurrección encabezada por Mariano Vera contra Viamonte. Su acción dirigente lo caracteriza como uno de los fundadores de la autonomía de Santa Fe.
En 1819, el gobernador Estanislao López comisionó a Maciel ante Artigas, que mantenía viva la resistencia de la provincia oriental contra los portugueses. Fue secretario de López durante la campaña del líder oriental contra Dorrego y comisionado luego para tratar la paz en nombre del gobierno de Santa Fe.
Disidencias políticas produjeron más tarde -dice el historiador Azarola Gil- el rompimiento de Maciel con el brigadier López. Reducido a prisión bajo la inculpación de haber fomentado el asesinato del gobernante, procuró éste a Maciel los medios para alejarse de la provincia, a lo que se negó el acusado, siendo entonces remitido a Buenos Aires con la prevención que si regresaba a Santa Fe sería fusilado. Este destierro en 1823 fue el término de su vida pública.
Su vida posterior
En 1838 es censado en los pagos de Barracas al Sur (Avellaneda, Buenos Aires) con la profesión de “pulpero”. Un trabajo de investigación realizado hace unos años nos permitió establecer que Cosme Maciel tenía su pulpería en la intersección de las hoy avenidas Mitre y Maipú, esquina desaparecida bajo la piqueta cuando la construcción de la bajada del hoy emblemático Puente Pueyrredón, que cruza el Riachuelo, a metros de un conocido bingo.
En 1840 el gobierno rosista lo mantenía preso: “La ciudad por cárcel” era su presidio, es decir, no le estaba permitido salir de los límites de la ciudad".
Pastor Obligado, aquel historiador que nos brindara sus famosas “Tradiciones”, lo entrevistó en 1862 en su chacra de Crucesita donde vivía con sus hijos y familia. Bajo la sombra de un frondoso ombú y compartiendo el infaltable mate: “Aquí donde usted me ve -refirió Maciel a Obligado- esta mano trémula que apenas puede sostener el bastón de mi vejez, fue la que izó la primera bandera”.
Se dice erróneamente que la “Isla Maciel” en la ribera bonaerense del Riachuelo lleva ese nombre en su honor, pero en realidad es por los Maciel del Águila, primeros pobladores y propietarios de la Buenos Aires de Juan de Garay, parientes lejanos de Cosme.
Cosme Maciel, “el abanderado de Belgrano” vivió sus últimos días al cuidado de su hija menor, casada con un funcionario gubernamental del partido. Falleció en Avellaneda el 12.Jun.1863 de un ataque al corazón. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio de la Recoleta, se presume que bajo otro nombre.
Un día como hoy de 1812 en las barrancas del río Paraná, en Rosario, flameaba por primera vez nuestra enseña patria. Hago propias las palabras del historiador Juan Manuel Castagnino: “Belgrano es el independentista máximo de 1810, que se manifiesta con el máximo acto de soberanía, que es el de crear una Bandera ante las naciones del mundo”.
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