“En Río Grande es un programa de Salud Visual que se ha instalado y este año, por formar parte de un convenio de cooperación entre municipios, decidimos trasladarlo a Tolhuin como una de las primeras acciones que llevaríamos a cabo”, señaló Quiroga, haciendo referencia a los logros alcanzados en conjunto con el municipio de Tolhuin.
La demanda de este programa nació como respuesta a la falta de acceso a la atención oftalmológica durante la pandemia, una situación que dejó a muchos sin la posibilidad de obtener lentes o de realizarse controles regulares. “Nosotros como oftalmólogos vimos esta necesidad, especialmente la económica, ya que muchas personas no podían costear los lentes recetados, y gracias a un gran esfuerzo de nuestro municipio el programa ha logrado mantenerse activo desde su inicio, con atenciones durante todo el año”.
Una de las características más destacadas de este año es la orientación a los niños, especialmente a partir de los 4 años, un grupo en el que la demanda de lentes es muy alta. "La incidencia de uso de anteojos en los niños de la ciudad es notablemente mayor que en otras provincias del norte", explicó, atribuyendo este fenómeno a varios factores como la falta de radiación solar y el aumento en el uso de pantallas.
También subrayó que, más allá de evitar el uso de pantallas, lo importante es organizar ese uso para que los ojos de los niños descansen adecuadamente. “Lo que necesitamos es que el ojo tenga una buena lubricación y un descanso de las radiaciones de los dispositivos móviles”, comentó.
En Tolhuin, la situación ha sido diferente. “Muchos niños fueron por primera vez a una consulta debido a la falta de acceso directo a servicios de salud en la localidad, lo que contrasta con Río Grande, donde la gente ya ha participado en el programa en años anteriores”, explicó.
A pesar de esta diferencia, el esfuerzo del municipio para ampliar las atenciones ha sido evidente, y los resultados lo reflejan: “En relación al año pasado, hemos duplicado las atenciones oftalmológicas y la entrega de anteojos, aunque la demanda ha sido tan alta que, si bien entregamos menos del doble de lentes, hemos tenido que hacer un esfuerzo mayor para mantener el programa activo”, aseguró Quiroga.
El programa cerró recientemente la etapa destinada a personas de entre 18 y 39 años, un rango etario que no había sido atendido en años anteriores. “Casi el 80% de las consultas de este grupo fueron por la necesidad de renovar los lentes, lo cual fue muy notable”.
A pesar de que las etapas del programa han finalizado por el momento, la directora expresó su confianza en la continuidad del mismo: “Este no es un programa aislado, es un programa instalado, aceptado y mantenido desde 2022, y con seguridad de que se seguirá haciendo, especialmente enfocado en los niños que son la prioridad”.
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