“Estadísticamente generó preocupación ver que es lo que había pasado; para comparar, en enero del año pasado llovió 10 milímetros en todo el mes, antes de ayer esa cantidad llovió en un día, es decir, llovió en un día lo que llovía en un mes, del año pasado”, indicó Ibarra.
Según el director, esta cantidad de lluvia en tan corto plazo puso a prueba la capacidad de los sistemas pluviales, aunque destacó los esfuerzos realizados en los últimos años para mejorar las obras de drenaje. “De todas maneras cuando tenemos alerta de lluvia, hacemos los trabajos previos para evitar inconvenientes”.
Y recordó, “Lo primero que el municipio ha hecho en esta gestión del intendente, es hacer obras de pluviales, por ejemplo Bilbao hasta 9 de julio, en Thorne: entre Moyano y Hernández, se hizo otro. En chacra XIII, en Taparello y Quiroga que va hacia el río, y en la Margen Sur también”. Sin embargo, reconoció que, pese a las obras, en algunos casos el agua tarda en escurrir debido a la magnitud de las precipitaciones y a la capacidad limitada de los sistemas de drenaje en ciertos sectores.
“En muchos lugares, el agua llegó casi hasta el cordón cuneta, pero gracias a los caños y sumideros, el agua se fue escurriendo. Tarda un par de horas, pero finalmente escurrimos la mayor parte”, explicó Ibarra, y detalló que la ciudad cuenta con más de 430 sumideros. Aun así, reconoció que hay áreas que presentan dificultades, como la zona de Tolhuin y Kau en la Margen Sur, donde el escurrimiento se ve afectado por la capacidad de la planta y las mareas altas.
Asimismo, sostuvo que otro factor que influye en el escurrimiento del agua es la acumulación de basura, que obstruye los sumideros y dificulta el flujo normal del agua. Ibarra destacó que el personal municipal realiza limpiezas periódicas de estos elementos, como botellas plásticas y otros residuos que arrastra el agua sobre el cordón cuneta.
Ibarra también señaló que, en zonas donde no existen sistemas de pluviales, como en la calle Córdoba, entre Gálvez y San Martin. “Ahí escurre por sangría, es decir ahí no hay pluviales, pero la gente que vive o circula por ahí puede ver que va al Cono de Sombra el agua de lluvia. Esas son cosas que actúan de forma diferente porque no tenemos el pluvial ahí para poder sacar el agua se escurre para el campo”.
Sin embargo, destacó que, a pesar de estos problemas puntuales, la intervención realizada hasta el momento ha mitigado los efectos de la lluvia en muchas áreas de la ciudad, permitiendo que el agua se dirija hacia el río o el mar sin causar mayores desbordes.
El director de Obras Sanitarias recalcó la importancia de realizar mantenimientos preventivos, como la limpieza regular de las bocas de tormenta y las salidas de los pluviales hacia la costa. “Eso ha atemperado la situación de desborde para poder escurrir hacia el rio o hacia el mar. Hacemos limpiezas en las bocas de salida de pluviales hacia la costa porque cuando una marea es alta, trae arena o material que impide el libre escurrimiento, y eso es algo que hacemos periódicamente para poder liberar el caño y cuando sabemos que va a pasar, lo hacemos preventivamente”.
Por último, señaló que es probable que fenómenos de este tipo se repitan debido a los cambios climáticos: "Afecta porque la comparación que hice hace un rato, es decir que en un día llovió lo que llovió el año pasado, eso indica que puede volver a ocurrir".
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