“Los precios se remarcan diariamente, no es que hay un semana a semana. Hoy compras un producto y cuando lo vas a comprar de vuelta tiene otro precio. Nosotros estamos en varios grupos distribuidoras que nos mandan los precios actualizados y todo el tiempo nos están mandando nuevos precios. No hay un solo día que no haya un producto en el que su precio no suba. Si nos quedamos o nos dormimos con el tema de precios perdimos”, manifestó el dueño del autoservicio.

Por su parte, al ser consultado sobre cuál es la respuestas de los clientes frente a la constante remarcación de precios sostuvo, “Por ahí quizás a uno lo sale por instinto y agarra un producto sin fijarse bien el precio, cuando llegan a la caja y le decimos el total hay mucha gente que devuelve el artículo, no se lo llevan. Por ejemplo, una pasta de dientes de $5.500 de marca premium, la gente no se espera que salga eso, la devuelve y se lleva la de menor valor”.

En el caso puntual del sistema de libreta o más bien conocido como “fiado” con los clientes más conocidos, el comerciante dijo, “Al fiar un artículo que generalmente tardan 30 días en pagarlo, ahora se anota pero con el precio a pagar actualizado de ese producto”.

En cuanto a métodos de pagos más utilizados, precisó: “Nosotros trabajamos un 80% con tarjetas de crédito y débito, ya la plata en efectivo no se ve en ninguno de nuestros tres negocios. Trabajamos mucho con transferencias y tarjetas de crédito la mayoría, nos piden hacer en 2 o 3 pagos pero lo hacemos en uno solo, por este motivo que no queremos cobrarles el interés que corresponde acá a 90 días”.

También declaró que actualmente los clientes haber dejado de comprar al menos una marca de las que solía adquirir habitualmente, como el caso de la leche. “La gente se vuelca a los productos más económicos, no buscan calidad sino el producto. Para los comerciantes la situación está bravísima porque disminuyeron las ventas un 40 o 50% y los gastos que tenemos siguen siendo los mismos”.

“La gente se lleva lo que va a consumir en el día, se vende menudencia, dos papas, pan de medio kilo, una zanahoria, dos tomates, ya no se compra en abundancia ni en cantidad”. A esto le sumó, “Y a los empleados hay que seguir subiéndole el sueldo para que no se queden debajo de lo que valen las cosas”.