Ortiz resaltó la presencia constante de vecinos de todas las edades: “Todo el tiempo recibimos visitas, de niños, adolescentes y adultos, de mucha gente que por ahí pasan y piensan que está cerrado o no hay actividad. Pero esto se mantiene mediante la comisión directiva que mantiene el orden”.
Actualmente, el equipo está conformado por tres personas que sostienen el funcionamiento diario de la biblioteca, abierta al público de lunes a viernes de 9 a 19 horas. En cuanto al material disponible, detalló, “Tenemos alrededor de 43 mil libros, es lo que va el inventario. Tenemos una parte de libros en resguardo que son los originales de Eduardo Schmidt, los que dejaron desde el comienzo de la biblioteca, y también libros de Tierra del Fuego que son ediciones únicas que están al resguardo, así como también tenemos la parte de diarios que la gente puede ver”.
Además de ofrecer un espacio para el acceso a la lectura, la biblioteca también es un lugar de encuentro para el estudio, “Tenemos una concurrencia pareja de adultos mayores y jóvenes que se enganchan con la lectura. También se ocupa la sala para hacer trabajos prácticos, grupos de chicos que vienen a estudiar y gente adulta que está en la facultad. Es un lugar silencioso donde tenemos internet y pueden acceder para usar sus propias computadoras o usar las de acá”.
La Biblioteca Eduardo Schmidt fue inaugurada el 8 de abril de 1953 y nació como un homenaje de amor de un padre a su hijo. A lo largo de estos 72 años, se ha consolidado como un espacio clave para el desarrollo cultural y educativo de la ciudad.
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