En la provincia se está viviendo un inconveniente en cuanto a las Obras Sociales y prepagas en relación a aquellas personas que necesitan atención médica en consultorios privados ya que hay algunos sectores que no reciben recetas virtuales. Esta situación afecta tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud. Para conversar al respecto Fm Fuego se comunicó con la doctora Gretel Rausch.
En primera instancia sostuvo que “el destrato de las obras sociales y las prepagas para con los médicos es de antaño, nos tratan como miseros empleados” y calificó a esta situación como “el colmo” ya que “hay una resolución ministerial que dice que podemos hacer las recetas en forma digital lo cual permite hacer videoconsultas y ayudarlos de una manera diferente, protegiéndolos, ellos en su casa y yo en la mía” debido a que tanto ella como sus pacientes se encuentran dentro del grupo de riesgo.
Aseguró que esta modalidad de recetas virtuales “le permite al paciente recibirla en el momento, tal vez mandársela a la farmacia vía WhatsApp y pedir un delivery” por lo cual señaló que es una gran medida para disminuir la circulación y cuidar a los pacientes. Sin embargo, afirmó que “hay obras sociales como OSECAC o ASIMRA que se cuidan cerrando sus sucursales pero le piden al paciente que venga a mi casa, yo lo tengo que dejar pasar, hacerle la receta y que se vaya” detalló y consideró “el destrato es total, porque si yo me enfermo no importa” haciendo hincapié en el descuido por parte de las obras sociales a los trabajadores de la salud y pacientes.
Las obras sociales exigen a los pacientes entregar las recetas en papel y por ello deben esperar a recibir la atención que realizan por teléfono o por mail “tienen que esperar la respuesta porque en la obra social si se están cuidando”. La doctora se refirió al cierre de los consultorios médicos bajo apercibimiento y dijo que “hubo lugares a los que se les puso multa, pero parece que para las obras sociales no hay multa”. Además, sostuvo que por esta problemática se perjudica al paciente y al profesional de la salud “se traslada un problema de la obra social hacia mí que tengo que estar resolviendo en cualquier horario” y apuntó contra las múltiples exigencias y requerimientos que se le hace a los pacientes y a su vez la falta de consideración para con ellos y los médicos, sin tener en cuenta su disponibilidad horaria “la falta de respeto es hartante”.
En este sentido expresó que “yo amo mi trabajo, lo hago con el corazón y mis pacientes lo saben, pero la parte donde tengo que hacer una burocracia tan grande me lleva más de la mitad de la consulta, lo cual es ilógico”. Aseguró que no trabaja con ninguna obra social sin embargo “aún así me veo con estas cosas que agotan”.
En relación al asunto de las recetas y la gran preocupación que aqueja a pacientes y profesionales manifestó que no recibe ninguna respuesta lo que evidencia “arbitrariedad y soberbia de una forma alevosa, no puede ser que ellos pueden cerrar la sucursal pero el paciente y yo no importamos” y consideró que la situación “es muy feo y pone mucha distancia entre los médicos y los pacientes, terminan poniendo palos en la rueda”. Afirmó que ya antes de la pandemia se dirigió en buenos términos a solicitar ayuda para sus pacientes ante lo cual le manifestaron que estaban “sobrepasados” por lo cual la situación quedaba en segundo plano.
"No me parece justo todo esto y no tengo respuesta, la sensación que tenemos muchos médicos es que no importamos" se lamentó.
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