En declaraciones de Roberto López, secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), la situación es delicada. “Estamos en una situación provisoria, esperando que el Gobierno decida si nos excluye o no de la ley”, explicó. Sin embargo, pese a la incertidumbre, la planta sigue adelante y, de hecho, hace dos semanas contrató 15 nuevos empleados. Según López, el problema no es económico, sino político. “Lo que está pasando es que la industria textil está en una encrucijada. Muchas empresas ya han dejado de operar por esta situación, pero Australtex sigue adelante”, afirmó.

El conflicto comenzó cuando el Ministerio de Industria de la Nación excluyó a varias empresas textiles, incluida Australtex, del régimen legal que les otorgaba ciertos beneficios. Pese a ello, Australtex luchó legalmente para seguir operando y consiguió una medida cautelar que le permite seguir produciendo mientras se resuelve el litigio.

López añadió que, aunque la incertidumbre persiste, Australtex sigue peleando para mantenerse operativa. “Si esta disputa se judicializa, podría llevar tiempo”, comentó. En 2023, tras quedar excluida de la ley, la empresa logró gestiones para seguir operando por cinco años más. Sin embargo, la falta de acuerdo sobre la documentación requerida por el Ministerio de Industria ha reavivado el conflicto, dejando nuevamente a la empresa en una situación vulnerable.

Los trabajadores de Australtex continúan viviendo con la incertidumbre de no saber si su futuro laboral estará asegurado o si enfrentarán la posible exclusión de la ley que los ampara.