La búsqueda continuó los días posteriores y se sumaban actores, como ser el apoyo de aviones del Aeroclub, de la Armada. No quedó centímetro del camping sin rastrillar, donde se utilizaron perros rastreadores, cuatriciclos, caballos y hasta un helicóptero.
Asimismo, también hubo la participación de buzos que buscaron en los arroyos cercanos a la ruta.
Mientras la noticia ganaba las tapas de los diarios nacionales, comenzaron a llegar ayuda como ser el FBI, la PDI de Chile y el Equipo Argentino de Antropología Forense.
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