En 2017, Carlos Salvador Bilardo fue diagnosticado con el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa que atenta contra la concentración y la memoria de los que la padecen. Luego de su última aparición pública junto al presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, y varios jugadores campeones del mundo en México 1986, Oscar Ruggeri deslizó que el Doctor sabía de la muerte de Diego Armando Maradona, uno de los últimos mitos alrededor de la leyenda de Estudiantes de La Plata.
El 24 de febrero pasado, a 39 años de su designación como entrenador de la Selección argentina, se estrenó la serie documental que retrata su vida, la cual habla sobre la muerte del 10 en su último capítulo. Según contó Ezequiel Fernández Moores en su columna para Cenital, Bilardo miró su serie y finalmente se enteró a través de ella de la partida de su hijo futbolístico: “‘Puede ser que (Bilardo) se dé cuenta’, dice la ex esposa de Diego [Claudia Villafañe], ‘porque Carlos es demasiado vivo para no darse cuenta’. Bilardo, es cierto, fue siempre demasiado vivo [...]Bilardo ve la pantalla que cuenta la muerte de Diego y no dice nada. Simplemente, junta las manos”, relató el periodista.
Aunque en la serie tanto la hija de Bilardo, Daniela, como su mujer, Gloria, reconocen que saber sobre la muerte de Maradona sería un golpe muy fuerte para él, es la propia Daniela la que acompaña a su padre mientras este mira esa fatídica escena de su serie y de la vida real. Los distintos miembros de la familia que aparecen en el capítulo hablan de que Bilardo preguntó acerca de los homenajes y movilizaciones que había por el ídolo máximo del fútbol argentino, pero que nadie le contó sobre la noticia.
El estado de salud del Doctor es delicado. Está en su casa con atención médica y afectiva las 24 horas del día durante los siete días de la semana. Tal vez sus familiares piensan que el exentrenador se enteró de la muerte de Maradona con la serie pero, a pesar de su enfermedad y tal como dijeron Claudia y Ruggeri, Carlos Salvador Bilardo es simplemente demasiado vivo para no darse cuenta.
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