Boca Juniors logró una victoria "imprescindible" sobre el conjunto boliviano Always Ready, por 2 a 0, con sendas conquistas de Darío Benedetto, para recuperar la autoestima y parte del terreno perdido tras el paso en falso del debut en el Grupo E de la Copa Libertadores registrado la semana pasada, al caer por el mismo marcador ante Deportivo Cali, en Colombia.
Las necesidades de Boca y su empecinamiento por alcanzar la séptima Copa Libertadores de su historial para así convertirse en el más ganador de este trofeo junto a Independiente, que llegó a esa cantidad hace más de 35 años, se encontraron ante un rival sin historia que recién volvió a la primera división de su país en 2019, después de 28 años navegando en el ascenso boliviano.
Y en ese menester la derrota en el debut ante Deportivo Cali, en Colombia, por 2 a 0, el mismo marcador con el que se impuso el conjunto boliviano como local a Corinthians, de Brasil, en la presentación de ambos en el Grupo E, transformó a este partido en una especie de "superclásico" para los "xeneizes", más allá de que la camiseta de Always Ready sea muy similar a la de River Plate.
Claro que para afrontar este compromiso Boca llegó aun más diezmado que ante los caleños, porque a las numerosas bajas por suspensión que acarrea de la edición anterior de Libertadores se sumó la lesión, ayer mismo, de Nicolás Figal, lo que dejó sin alternativas de marcadores centrales al hoy en la cuerda floja Sebastián Battaglia.
Por eso debió recurrir a un chico de 20 años (cumplirá 21 el próximo sábado) como Gabriel Aranda, capitán de la reserva con solamente cuatro partidos en primera con el de hoy (primero en Libertadores) para hacer dupla central con el retornado desde Rosario Central, Gastón Ávila.
Por eso la desesperación de Battaglia cuando sobre el final de la etapa inicial y ya Boca ganaba por un gol de Darío Benedetto empujando la pelota sobre la línea de sentencia tras una precisa habilitación de Exequiel Zeballos, al reaccionar Ávila intempestivamente empujando a Rodrigo Ramallo por una fuerte falta sobre su compañero Frank Fabra cuando el colombiano estaba en el suelo.
El tanto de "Pipa", que está muy lejos de su nivel, ese que había mostrado cuando hace tres años se fue a Europa, llegó por una inspiración de Zeballos, figura de la noche incluso por encima de Fabra y Eduardo Salvio, de buen segundo tiempo, más que por una gestión colectiva que hasta ese momento era muy deficitaria.
Es que desde su modestia, el llamado "PSG boliviano", por la gran inversión que hizo para esta Libertadores su joven presidente (27 años), Andrés Costa, supo mantenerse en partido hasta que se produjo la expulsión de Ramallo.
Después, ya en el complemento Boca se hizo dueño de las acciones estando 11 contra 10, imponiendo más el peso de la jerarquía de algunas individualidades que su inexistente juego colectivo, una larga deuda que este equipo tiene con el fútbol auriazul desde mucho antes que Battaglia asumiera su dirección técnica.
Pero a esa orfandad futbolística Boca también debe padecer ciertamente ese mencionado mal de ausencias que encima se le siguió agudizando especialmente en la faz defensiva cuando en el entretiempo debió salir por una lesión muscular el arquero Agustín Rossi, que ante la suspensión del experimentado suplente Javier García (podrá volver dentro de dos semanas ante Corinthians, en Brasil) tuvo que ser relevado por el juvenil (19 años) Leandro Leonel Brey, que llegó al club de la Ribera desde Los Andes en febrero pasado.
El guardavallas que había debutado en la primera división de los de Lomas de Zamora en marzo del año pasado por el campeonato de Primera B ante Argentino de Quilmes apenas tenía como antecedente cercano a la primera división haber disputado solamente siete minutos en la reserva "xeneize".
Con todos esos lastres a cuestas, sin embargo, Boca cumplió "con su obligación" y hasta en tiempo de descuento tuvo la oportunidad de ampliar el marcador con un cabezazo del mencionado Benedetto, que hoy, y pese al bajo nivel mencionado, fue pura productividad tocando dos balones en el área rival y destinando ambos a la red del arco defendido por Arnaldo Giménez.
Ahora Boca tendrá dos partidos como visitante, el próximo mencionado ante los paulistas dentro de 14 días (la semana que viene no habrá competencia copera pero sí de Copa de la Liga Profesional) y seguidamente la revancha con los bolivianos en los 3.600 metros de altura del estadio Hernando Siles, de La Paz.
Always Ready, que contó con el delantero argentino Marcos Riquelme como titular, está radicado en realidad en la localidad de Los Altos, situada a 4.100 metros sobre el nivel del mar, pero el estadio Municipal de esa comuna no está en condiciones estructurales de albergar partidos de Libertadores y por eso no fue autorizado por Conmebol.
Mientras tanto Boca logró su primera victoria del año en la Bombonera, lo que marca bien a las claras por donde está transitando su presente futbolístico, que lo tiene afincado en el cuarto lugar del Grupo 2 de la Copa de la Liga Profesional, el último que clasifica a los cuartos de final de ese certamen.
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