Una pareja de turistas fueguinos de visita en Tucumán denunció que un grupo de inspectores les retuvo documentación luego de que cometieran una infracción de tránsito, en el microcentro, y que los dejaron continuar viaje luego de pagar $ 400.
Walter Taboada y Lorena Paz, llegaron hasta la redacción del diario tucumano LA GACETA para contar su versión de lo sucedido este fin de semana, en la esquina de Mendoza y Salta.
"Vivimos una situación muy rara, complicada para nosotros. Es la primera vez que pasamos por esto. Estabamos buscando una farmacia por el centro y un taxista nos indicó: 'llegas a la esquina, haces tres cuadras y media'. Cuando doblamos nos pararon los inspectores de tránsito. Nos pusieron a un costado, porque entramos en contramano", comenzó Taboada su relato, ante la atenta mirada de su mujer.
"Nos pidieron los papeles. Nunca nos dijeron que esa calle era nueva, que habían cambiado hace poco el sentido. Cuando vieron de dónde éramos, me llamaron para comenzar el lavado de cerebro. Me dijeron que me tenían que secuestrar el vehículo. Con el handy llamaron a la supuesta grúa y me explicaron que recién mañana lo iba a poder recuperar, despues de pagar $ 1.500 de multa, además de la estadía y el traslado", continuó detallando el turista, que aseguró recorrer todos los años esa región del país.
"Cuando nos vieron preocupados, me dijo que él (inspector) cobraba un subsidio, como un plan del gobierno y que no le alcanzaba para llegar a fin de mes. Que si él me hacía una 'gauchada', que yo le retribuya con algo. Ahí le pregunte qué era eso y respondió: 'acostumbro a cobrar el 30%, esa es mi comisión", dijo Taboada, sin poder dar precisiones sobre las identidades de los agentes, quienes no se habrían identificado.
La historia tuvo su desenlace luego de varios minutos de discusión y, siempre bajo los dichos del turista, todo se resolvió mediante el pago de una coima. "'Subí al auto, discretamente sentate. Te voy a pasar esto (una especie de carpeta), levantas el broche y pones la plata aquí abajo'. Hice eso y recién me entregó la cédula y el carnet de conducir", confesó el hombre que manejaba su auto en el momento de la infracción.
Con la voz entrecortada, Paz fue un poco más allá. "No me dan ganas de volver. Pasé mucha angustia, no por el dinero, porque podemos pagarlo. Sino por el 'manoseo' que hemos sentido en ese momento, como ciudadanos", argumentó la mujer. "Deberían cuidar al turista", puntualizó Taboada.
Fuente: LA GACETA