Ema fue abusada desde los 4 hasta los 17 años de edad. Vivió un calvario hasta que pudo hacer le denuncia. Habló con F Fuego para solicitarle a la justicia, que dicte la prisión preventiva de su abusador: “Actualmente tengo 25 años, estos abusos empezaron entre los 4 y 5 años de edad, lo recuerdo porque sé que tenía un guardapolvo de jardín, esta persona era pareja de mi mamá. Recuerdo que fue en una casa, en una alpina, no recuerdo la calle, él buscaba siempre los momentos en que yo estaba sola, durmiendo o en los que mi mamá no estaba, se solía meter al baño cuando me bañaba, al principio no me tocaba, solamente miraba o hacía que yo lo tocara. De más grande si me empezó a tocar, fue muy feo, es difícil de contar hasta el día de hoy. Puedo hablar porque mi cuñada me contó que le pasó una situación similar con esta misma persona. En su momento intenté hablar, no me creyeron, me obligaron a callar, me dijeron que, si yo hablaba, mi mamá no iba a hablar nada, tenía que quedarme callada porque todo el resto iba a sufrir, a nadie le importó si yo sufría de verdad. Cuando le pasó a mi cuñada, fue el límite, decidí hablar y me di cuenta que lo que le estaba pasando a ella no era normal y que lo que me había pasado a mi durante esos 12 o 13 años no era normal”.
El duro relato de Ema prosiguió: “Intenté a hablar a los 9 años, directamente dije lo que él me hacía, le dije a mi mamá y ella me obligó a callar. Le quería decir a mi papá porque él me iba a salvar, pero mi mamá me dijo que nunca le cuente a él ni a nadie porque podía lastimar a otras personas. Tenía 9 años y era re manipulable, esta persona es manipuladora, tanto mi progenitora como esta persona son dos personas que te manipulan y te obligan a callar. Él también toda la vida me decía que me tenía que callar, que si hablaba podía lastimar a alguien de mi familia, de chica siempre preferí que me hagan daño a mí antes que a mis hermanos. I progenitora tuvo 3 hijos con el acusado, no quería que les haga daños a ellos y prefería quedarme con todo eso. Él optaba siempre por los mimos momentos, cuando estaba sola, cuando me tenía que llevar a la escuela, a entrenar, donde me tenía que ir a buscar, eran las ocasiones donde él decidía tocarme o hacer que yo lo tocara”.
Ema explicó porque fue hasta los 17 años los abusos que sufrió: “A los 17 años me peleo con mi progenitora, ella me hecha de la casa y fue el fin del calvario, jamás volví a esa casa. Veníamos chocando mucho, me hecho y me fui a vivir con mi papá que estaba en una pensión. Nos fuimos a alquilar con mi papá, pudimos salir adelante, terminar el colegio, ahí comenzó mi vida, me fui a estudiar, por suerte ahora tengo trabajo, estoy bien, pero mi calvario duró hasta los 17”.
A esta altura del relato, nos preguntamos por qué su mamá no hacía nada: “Mi progenitora sabía de esto, en ocasiones vio cosas y no hizo nada, jamás me incitó a denunciar, a hablar, jamás me ayudó, nunca me guio a la justicia, siempre me obligó a callar. La palabra de mi mamá era palabra santa, si decía no, era no. Sentía que ella me protegía y jamás iba a hacer algo que ella no me dijera, era mi mamá, lo que me decía estaba bien para mí. Cuando una vez le dije, mi mamá confrontó a su pareja, me acuerdo que esto pasó a las 5 de la tarde, pero el mismo día, a las 9 de la noche, él estaba en la casa, nunca se había ido, estaba sentado en la mesa para comer, listo con toda la familia, ella nunca lo echó, nunca fuimos a denunciar, esto fue a los 9 años, cuando le dije por primera vez y no hizo nada, preparó la comida y nos sentamos a comer con él”.
“Esa vez, mi mamá le preguntó que me hizo, y él lo negaba, -continuó diciendo Ema-, me miraba y me decía que le diga que no me había hecho nada, a mí me daba mucho miedo su cara y hasta el día de hoy siento miedo de su cara, me duele”.
Durante casi todo el relato, Ema se refiere a su mamá como progenitora: “El 6 o 7 de febrero 2021, dije esta persona ya no es mi mamá, cuando le pasó a mi cuñada, esta persona está repitiendo el mismo patrón. Yo sí le creí a mi cuñada, sabía que estaba diciendo la verdad y opté por decirle directamente a mi suegro. No le conté ni la mitad de las cosas y en él encontré refugio, me dijo que había que ir a denunciarlo. Ahí me pregunté por qué esperé tantos años para hablar, o sea, le tuvo que pasar a otra persona para que yo pueda sacar la mochila que venía cargando tantos años”.
“Hasta el día de hoy pienso en mis hermanos, son todos menores de edad, pienso que ella estaba ese día de febrero del 2021, seguían en contacto con este tipo y ella no hacía nada, era su madre y no hacía nada para salvarlos, me desesperaba, tenía miedo de ir a denunciar y que quede en la nada, que la Justicia no haga nada, que ellos sigan ahí en peligro”.
“Cuando mi cuñada me contó lo que le pasaba me quedé helada y esperé porque me lo contó por WhatsApp. Nos juntamos, le dije toda mi verdad y ella no lo podía creer, ella le confiaba su hijo a esta persona”.
También Ema contó cómo se fue dando cuenta que no era la única víctima de esta persona: “Nos encontramos con otra víctima más, la hijastra de su anterior matrimonio, esta persona abusó sexualmente de ella. Tenía el recuerdo de una imagen, pero no sabía que era ella, pensé que era la hermana. Nos dimos cuenta que a una la golpeaba mucho y de la otra había abusado sexualmente, de esto nos enteramos antes de ir a hacer la denuncia, en el lapso de dos días, tres nos enteramos que no era una sola a la que le había pasado todo esto. Cuando nosotros fuimos a declarar, me preguntaron si él era violento y conmigo nunca fue violento, pero cuando declaré, hablé con la hermana de la hijastra de él y me dijo que con ella toda la vida fue agresivo”.
Sobre cómo va superando el trauma de estos años vividos, Ema dijo: “A mí me costó un montón, actualmente tengo ataques de pánico y ansiedad, tengo tratamiento sicológico, estoy realizando terapia, pero creo que recién ahora, después de sacarme esa mochila, puedo empezar a vivir, pude terminar mis estudios, tengo un título terciario, estoy por empezar una formación docente. Mi mente bloqué todo, pero se manifestaba con ataques de pánico y de ansiedad, mientras estudiaba tuve tratamiento sicológico, pero nunca pude contarlo, hasta que le pasó a mi cuñada. Nosotros denunciamos hace un año, pero hay causas que están paradas hace mucho tiempo, todo el proceso es durísimo, es horrible, el ir a declarar, revivir todo, las pericias sicológicas, que te hagan preguntas de cosas específicas que vos sabes que te duelen y lo tenes que decir porque sabes que es para bien, es horrible”.
Ema hizo un pedido a la justicia: “Le quiero pedir al Juez, a la Justicia, es la prisión preventiva, esta persona no puede estar libre. Tengo miedo que se fugue, es capaz de hacerlo. Conmigo lo hizo de chica, tenía entre 4 y 5 años de edad, con mi cuñada lo hizo a los 22 años, con su hijastra lo hizo entre los 13-14 años, no mide sexo, si es hombre o mujer, no mide la edad, es una persona que no puede estar libre. Lo que necesito es que la Justicia haga la prisión preventiva, es un enfermo, un sicópata, no puede estar libre. Así como nos pasó a nosotras, les puede pasar cualquier niño, adolescente que esté en la calle, no es algo normal. Tengo el temor de enterarme que le haya pasado a alguien más y a veces hasta siento culpa, si yo hubiese hablado antes capaz que a mi cuñada no le pasaba y sería terrible enterarme que hay más víctimas en el camino”.
También esta víctima de abusos sexuales hizo referencia a la reacción de su papá cuando se enteró de lo que le había pasado: “A mi papá lo tuve que calmar un montón, es peón rural y a él le dolió un montón no poder ayudarme, lo mismo que a mi hermano mayor, pero como les dije a ellos en su momento, no es su culpa, si yo estaba manipulada, sicológicamente preparada para no hablar”.
“No siento nada si a mí progenitora la llaman a declarar y queda detenida, es una persona que debe pagar, ella escuchó con lujos de detalle todo lo que esta persona me hacía, eso fue el 6 de febrero y que ella lo siga permitiendo, creo que también tiene que pagar. Cuando escuchó todo, lo primero que hizo fue llorar, después bloquearme del WhatsApp y me desbloqueó al otro día para preguntarme a qué hora íbamos a hacer deportes, no me preguntó como estaba, sobre la causa, no me creyó, hizo lo mismo con esa niña de 9 años, por eso a esta altura creo que ella tiene que pagar. Todavía tiene a cargo a tres menores de edad, no la considero capaz para eso, siento que mis hermanos están en peligro. Sabe de la situación judicial porque las primeras citaciones llegaban a su casa, porque el denunciado tiene domicilio ahí. Nosotras denunciamos el12 de febrero del 2021, ese día le llegó una notificación para que él se vaya de la casa y ahí, se le ocurrió hacer una denuncia en la comisaría de Género y Familia. Creo que pensó que nunca íbamos a hablar, a denunciar”.
“No creo que sea una persona que merezca perdón, no podría hablar con ella, me generó mucho rechazo lo que hizo, de grande darme cuenta que no me protegió, no creo que haya un vínculo”.