El 15 de febrero se cumplen 211 años del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento, el impulsor de la educación. Fue docente, periodista, político y presidente de la Nación.
Trabajó para mejorar el sistema educativo, hizo el primer censo del país, convocó a un contingente de maestras extranjeras, y fue uno de los actores clave de la ley 1.420 de educación común. Su figura fue tan celebrada como polémica.
Es recordado por las iniciativas que llevó adelante y también condenado por sus ideas conservadoras y elitistas. Más allá de eso, en el aniversario de su nacimiento, ofrecemos un repaso por los hechos más importantes de su vida.
Nació el 15 de febrero de 1811 en la provincia de San Juan, fue uno de los 13 hijos que tuvieron Paula Albarracín y José Clemente Sarmiento. Desde chico mostró inclinaciones intelectuales. Ya a los 15 años enseñaba a leer y a escribir.
Junto con su vocación de maestro, empezó a desarrollar la de periodista. Cuando tenía 20 años participó en un levantamiento armado contra el gobernador de San Juan, Nazario Benavídez. Pero fracasó. Entonces fue a parar a la cárcel y luego al destierro en Chile. Allí trabajó como maestro, comerciante y minero. Y volvió a enseñar.
Ya de vuelta en San Juan hacia 1836 Sarmiento fundó también un periódico, El Zonda, su primera experiencia periodística. Lo escribía con un grupo de amigos, se distribuía todas las semanas y se trataban temas de los más variados.
Entre 1845 y 1848 visitó decenas de países y cientos de ciudades de los tres continentes, donde observó y aprendió muchas cosas. El 6 de mayo de 1846 llega a Europa, donde se entrevistó con José de San Martín. En apenas seis semanas visitó 21 estados, entendió y trató de hacerse entender con su inglés precario, devoró información, recolectó libros, folletos y papeles.
Entre los años 1868 y 1874 ocupó el cargo de presidente de la nación y en 1869 ordenó el primer censo nacional y en octubre funda el colegio Militar de la Nación. Ocupó el cargo sucediendo a Bartolomé Mitre. La fórmula la completó Adolfo Alsina, como vicepresidente.
Al asumir la presidencia, el índice de analfabetismo en el país alcanzaba el 71%. Para estimular la educación, Sarmiento puso un premio de 10.000 pesos para las provincias que hicieran más esfuerzos por la enseñanza pública. Y construyó 800 escuelas en todo el país.
En 1874 Sarmiento deja la presidencia. En el cargo lo sucedió Nicolás Avellaneda, quien había sido su ministro de Educación. Sarmiento, por su parte, fue designado legislador por la provincia de San Juan, y también Director General de Escuelas de la Provincia de buenos Aires. Además, fue director del diario El Censor, fundado por él mismo.
Como legislador propuso aumentar el presupuesto de educación. Además, mantuvo una dura polémica con el obispo Federico Aneiros en contra de la enseñanza religiosa en las escuelas. Sarmiento defendió la promulgación de la ley de educación laica y gratuita, que se terminó de aprobar el 8 de julio de 1884.
Hacia 1887 se estableció en Asunción del Paraguay procurando un clima más benigno para sus años y su debilitada salud. Allí falleció el 11 de septiembre de 1888. La casa donde murió fue donada por el Paraguay a la Argentina en 1925. En la actualidad se conserva como lugar histórico.