El elefante más sagrado de Sri Lanka, Nadugamuwa Raja, murió este lunes a los 68 años, desencadenando una ola de emoción.
Tras su muerte, el presidente, Gotabaya Rajapaksa, decretó que el animal sería declarado "tesoro nacional" y ordenó que sus restos fuesen conservados "para que las generaciones futuras sean testigas", indicó su despacho.
Según dijo su propietario a través de un portavoz, estaba previsto que el elefante fuera entregado a los taxidermistas a última hora del lunes.
Una procesión rindió homenaje a Raja, con estudiantes y sacerdotes budistas recitando oraciones y desfilando para tocar sus colmillos de marfil.
El animal sagrado era el líder de los 100 elefantes que participan cada año en el Esala Perahera, un importante festival budista en la ciudad central de Kandy.
Entre 2006 y 2021, durante las procesiones nocturnas, el paquidermo transportaba un baúl dorado con reliquias budistas.
Raja disponía de una escolta desde 2015, después de que un motociclista casi lo atropellara en uno de sus viajes a una ceremonia en un templo.
La elección de su sucesor podría ser un proceso largo ya que el elefante tiene que presentar características específicas.
Entre otros, sus cuatro patas, su trompa, su pene y su cola deben tocar el suelo cuando está de pie. También debe tener la espalda plana, medir unos 3,60 metros de altura y sus colmillos deben tener la forma redondeada del tradicional abanico de arroz.
Se hizo una excepción con Raja, que sólo medía 3,20 metros, pero era el más alto del país en ese momento. Nació en la India y fue entregado a Sri Lanka por un príncipe indio.
El elefante es una especie protegida en Sri Lanka, donde las leyes se han endurecido y la captura de elefantes salvajes se castiga con la muerte.