El estado deplorable de las calles puede resultar un verdadero problema para los transeúntes, pero de alguna u otra manera los vecinos logran sortear los diferentes obstáculos que le presenta la ciudad.
Sin embargo, a quienes no les resulta tan sencillo es a aquellas personas discapacitadas que están aún más limitados para movilizarse, y el estado de las rampas de Río Grande tampoco les posibilita circular fácilmente.
Las calles de nuestra ciudad deben ser seguras para los vecinos y el estado actual de las rampas, las cuales forman parte también de esta descuidada vía pública, termina resultando en un nuevo peligro para aquellos ciudadanos que realmente las necesitan.