El sarampión es una enfermedad viral contagiosa que se transmite fácilmente por vía respiratoria a través de la tos y el estornudo o por contacto directo con las secreciones de la nariz o garganta de la persona infectada. Puede provocar una enfermedad grave con complicaciones neurológicas, respiratorias, ceguera o provocar la muerte.
Vacunarse evita contraer el sarampión o transmitirlo a otras personas. Todas las personas desde el año de vida deben tener esquema de vacunación completo contra el sarampión y la rubéola, según Calendario Nacional de Vacunación. De 12 meses a 4 años deben acreditar una dosis de vacuna triple viral en tanto que los mayores de 5 años, adolescentes y personas adultas deben acreditar al menos dos dosis de vacuna con componente contra sarampión y rubéola aplicada después del año de vida (doble o triple viral) o contar con serología IgG positiva para sarampión y rubéola.
Por último, las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse. Frente a la situación epidemiológica mundial se recomienda contar con esquema de vacunación adecuado antes de realizar un viaje.