Al identificarlo, los inspectores advirtieron signos de ebriedad y procedieron a realizarle un test de alcoholemia, que arrojó un resultado alarmante: 2,40 gramos de alcohol por litro de sangre.
El conductor había llegado al lugar para buscar pasajeros recién arribados en un vuelo. Ante la situación, se le retiró de inmediato la función como chofer y se dispusieron las medidas correspondientes para garantizar la seguridad del transporte.