Según un informe de la Dirección Nacional de Migraciones, el 32% de los argentinos que regresan del exterior incumplen con la cuarentena obligatoria de 14 días.
En ese sentido, los turistas se confían de volver vacunados o con un PCR negativo, aunque los médicos confirman que no son garantía de no traer el virus.
Con el fin de evitar la llegada de la variante Delta, la cual fue confirmada como más virulenta que las otras, el Gobierno de Alberto Fernández dispuso el último viernes de la extensión de cierre de fronteras hasta el 9 de julio y un cupo máximo diario de ingreso al país de 600 argentinos.
A partir de esta decisión, las compañías aéreas piden una reunión con autoridades de Nación para expresar sus preocupaciones al respecto y por la posibilidad de que las nuevas medidas provoquen que queden nuevamente argentinos varados en otros países.
La nueva normativa establece además que aquellos que regresen del exterior entre el 1° de julio y el 31 de agosto estarán obligados a aislarse en los lugares que determinen los gobiernos provinciales y de la CABA durante 10 días, contados desde el testeo realizado en el país de origen. El dato distintivo de este aislamiento es que la estadía en dichos lugares estará a cargo del pasajero y se controlará además que quienes regresaron de viaje estén en sus domicilios.