Cada 1° de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, una fecha importante marcada en el calendario laboral como día feriado. En esta jornada, los distintos gobiernos, sindicatos y organizaciones sociales en todo el mundo organizan actos y homenajes para reivindicar las conquistas sociales sobre el trabajo.
El origen de la fecha es en homenaje a lo ocurrido en 1886 en la ciudad de Chicago (Estados Unidos), cuando un grupo de trabajadores recordados como “Los mártires de Chicago” decidió hacer una huelga en Haymarket Square exigiendo una jornada laboral de 8 horas.
El origen: ¿por qué se conmemora el Día del Trabajador?
El siglo XIX fue testigo de los primeros reclamos organizados, en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia. La aplicación de la máquina de vapor a la industria y el transporte generó un nuevo panorama. Con la mecanización se pasó de la elaboración artesanal, a la fabricación industrial estandarizada y a escala, que necesita el empleo masivo de mano de obra asalariada. Esto dio paso al surgimiento de una clase obrera o proletariado, que comenzó a reclamar por sus derechos.
El conflicto social tomó más relevancia con la afluencia de trabajadores del campo a la ciudad, que buscaban formas y sustentos de vida en base al trabajo. Esta oleada generó que las grandes ciudades presenten problemas, especialmente con el salario y las condiciones de empleo, cada vez más duras y adversas. Se vieron choques por el hacinamiento, las enfermedades epidémicas y el aumento de la criminalidad, generando un combo explosivo que decantó en la protesta social.
La huelga del 1° de mayo y la revuelta de Haymarket
Muchas de estas huelgas no lograron su cometido y otras solo éxitos parciales o transitorios. Sin embargo una de estas manifestaciones logró una trascendencia especial que cambió las condiciones laborales en forma permanente. Fue la que justamente se recuerda en esta fecha: la revuelta del primero de mayo de 1886 en Haymarket, Chicago.
Como esta gran ciudad industrial de EE.UU. ya había sido testigo de otros reclamos violentos, en los que se exigía una jornada laboral de 8 horas, la Federación Americana de Trabajadores había convocado a una protesta ese 1 de mayo con la misma exigencia. Las nuevas leyes laborales le otorgaban ese derecho a los empleados de oficinas federales y de obras públicas, pero no a los obreros industriales.
La huelga movilizó a 350.000 trabajadores de todo el país, pero tuvo su epicentro en Chicago, donde los trabajadores cumplían jornadas de 14 horas. Ese día hubo disturbios y el 4 de mayo se convocó a un motín para repudiar la represión. Se juntaron 20.000 personas a escuchar a los oradores quienes repudiaron lo acontecido. La tensión llegó a su punto más álgido cuando el líder anarquista Samuel Fielden se dirigió a una multitud en el parque Haymarket.
Fielden era un obrero de origen inglés, predicador de la Iglesia Episcopal Metodista, relacionado con el movimiento socialista en el que se destacaba por su oratoria. Como tesorero del American Group, fue convocado a hablar en la jornada junto a Albert Parsons y August Spies. Mientras Fielden se dirigía a la multitud, una delegación policial ordenó la dispersión del motín.
Con la represión policial, Fielden comenzó a protestar por la interrupción cuando alguien arrojó una bomba entre la multitud. Un agente murió y 60 manifestantes resultaron lesionados, incluido el mismo Samuel Fielden. Las autoridades abrieron fuego dejando 38 muertos y cientos de heridos entre la concurrencia.
Los organizadores del evento, incluidos Fielden, Parsons, Oscar Neebe, Michael Schwab, Louis Lingg, Adolph Fischer y George Engel, fueron encarcelados y juzgados. Todos fueron condenados a morir en la horca. Louis Lingg se suicidó y la pena de Schwab y Fielden fue cambiada por cadena perpetua (aunque ambos quedaron libres después de unos años de prisión). Los otros cuatro fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1887.
Nunca se pudo demostrar quien arrojó la bomba ni que ninguno de los acusados haya estado involucrado en el atentado. El incidente de Haymarket fue repudiado a lo largo del mundo. Los dirigentes fueron enterrados en el antiguo cementerio alemán de Chicago, donde una estatua honra la memoria de los mártires de Haymarket.
En Argentina
Durante la presidencia del radical, Marcelo Torcuato de Alvear, en 1925, el Gobierno decretó el "día de fiesta" para los trabajadores al Día de los Trabajadores. Y recién 19 años después, en la gestión de Edelmiro Farrell y con Juan Domingo Perón en el cargo de secretario de Trabajo y Previsión, la fecha alcanzó el rango de feriado oficial y pasó a denominarse "Día del Trabajo".
Perón dijo en aquellos años que la conmemoración del día es un "símbolo de las justas aspiraciones del trabajador y ferviente homenaje a la noble dignidad de toda labor humana".