El Congreso de Perú rechazó el proyecto que proponía que las elecciones presidenciales y legislativas se lleven a cabo en diciembre de 2023 y la asunción del mandatario electo se hiciera en abril de 2024. En tanto, los fallecidos en las protestas ya ascienden a 20.
La iniciativa logró el voto de la mayoría de los legisladores, pero no la mayoría calificada que exigía el proyecto, que implica una reforma constitucional, y antes de que pudiera analizarse la reconsideración pedida, la sesión fue suspendida.
Los legisladores parecían tener acordado para elegir en 2023 un nuevo presidente y una nueva composición para el parlamento, pero las diferencias en torno a si se debía impulsar en simultáneo una Asamblea Constituyente terminaron por dividir el respaldo a la iniciativa.
Las bancadas de izquierda y centroizquierda eran las que consideraban que la crisis no se resolvía únicamente con comicios, sino que era preciso modificar la carta magna para que a un futuro Ejecutivo no le pase lo mismo que al del destituido Pedro Castillo.
Los bloques de Perú Libre, Magisterial, Perú Democrático, Perú Bicentenario y Cambio Democrático sostenían esa postura.
Unicamente el fujimorista bloque de Fuerza Popular votó unido, y las demás bancadas, en cambio, sufragaron divididas.
La sesión marca otra dificultad en el proceso abierto con la destitución de Castillo, el miércoles de la semana pasada, y la asunción en su lugar de la entonces vice Dina Boluarte.
El Congreso había escuchado ayer al ministro de Justicia, José Tello; y a los responsables de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) para que hicieran aportes técnicos sobre la viabilidad del adelanto.
El reclamo de elecciones lo antes posible es central en las protestas que dejaron ya casi una veintena de muertos y que no bajan ni el número de ciudadanos ni el grado de violencia.