Las cacerolas tronaron en Venezuela por tercer día consecutivo en el marco de la crisis institucional que atraviesa el país. Cientos de opositores decidieron usar esa manera para exigir la revisión de los resultados electorales del domingo pasado, cuando ganó Nicolás Maduro por el estrecho margen de 340.000 votos.



La manifestación tuvo lugar en distintas ciudades del país, aunque la mayor repercusión fue en Caracas, de acuerdo con el periódico venezolano El Nacional. El cacerolazo fue una alternativa, tras la decisión del líder de la oposición, Henrique Capriles, de no realizar una movilización hacia el Consejo Nacional Electoral (CNE), temeroso de que hubiera enfrentamientos.



El país se encuentra convulsionado política y socialmente. Luego de las elecciones, el oficialismo se negó a hacer un recuento de los votos, como lo había solicitado la oposición, que no tardó en calificar de ilegítimo al presidente Maduro en tanto no se transparenten los resultados electorales.



En distintos puntos del país, hubo fuertes enfrentamientos entre chavistas y opositores, dejando un saldo oficial de ocho muertos. La tensión es de tal que la Unasur convocó una reunión de emergencia en Lima para evaluar la situación. En tanto, países como EEUU han evitado reconocer como ganador a Maduro.