Una serie de videos y fotos conocidas este viernes permitieron detectar la presencia de Fernando André Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner camuflado entre los manifestantes que realizaban una vigilia en su apoyo en la puerta de su domicilio.
Se trata de imágenes en las que el agresor, de 35 años, aparece con un palo en el que lleva copos de nieve y se mueve entre los manifestantes incluso hasta colocarse a metros de Axel Kicillof el 27 de agosto pasado, el mismo día en el que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dispuso la colocación de un vallado en la puerta de la casa de la exmandataria.
Las primeras imágenes fueron exhibidas en la mañana de este viernes y se prevé que las próximas horas surjan nuevas imágenes de otros medios que ya estaban buscando entres sus archivos propios.
Investigación
Las imágenes abonan a una teoría que los investigadores barajan hace varios días: el ataque a la vicepresidenta habría sido el final de una maniobra que incluyó largas jornadas de “inteligencia previa” para conocer cómo se desenvolvía Fernández de Kirchner entre los manifestantes y cuáles eran las vulnerabilidades de su dispositivo de seguridad.
Por ahora el expediente judicial que instruye la jueza María Eugenia Capuchetti, con intervención del fiscal Carlos Rívolo, tiene solo dos imputados, ambos detenidos: Sabag Montiel y su pareja, Brenda “Ámbar” Uliarte (23), que está acusada de participar del intento de magnicidio.
En el expediente, que tiene apenas una semana, también figuran los nombres de Gabriel Nicolás Carrizo, Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta, Miguel Ángel Castro Riglos y Lucas Acevedo, quienes aparecen, al menos por ahora, en calidad de testigos.
Se trata de los supuestos vendedores de copos de azúcar -ahora conocidos como “los copitos”- que se presentaron junto a Uliarte en una entrevista televisiva que le concedieron a Telefe, el viernes pasado, donde dijeron haber sufrido amenazas; tras lo cual se presentaron ante la justicia para aportar sus versiones.
Con el paso de los días y el avance de la pesquisa, los investigadores comenzaron a analizar también la posibilidad de que “los copitos” pudieran tener alguna relación con la preparación del ataque fallido contra la Vicepresidenta, hipótesis que parece haberse robustecido a partir del análisis de sus comunicaciones.
Continuaba por estas horas el trabajo sobre los teléfonos que entregaron los miembros del grupo de forma voluntaria, y se trataba de establecer si fueron manipulados con anterioridad para eliminar o descartar información, ya que se encontró material borrado, señalaron a Télam fuentes de la investigación.
Los mismos voceros aseguraron que, a través del análisis de imágenes, geolocalización, comunicaciones, se los habría podido detectar en los alrededores del domicilio de Juncal y Uruguay, donde vive la vicepresidenta, días e incluso semanas antes del ataque.
Los investigadores investigan si Uliarte recibió contención de “los copitos” en las horas posteriores al ataque, tiempo en el que se habrían utilizado vías de comunicación alternativas como perfiles falsos de Facebook para evitar ser detectados; a la vez que una línea de investigación apunta a determinar quién les dio apoyo logístico y financiero.
“Ellos manipulaban a Brenda y no al revés. Ellos fueron los que la empujaron a dar una entrevista en televisión”, aseguró una fuente que por estas horas analiza los movimientos de la imputada y de los hombres con los que se presentó ante las cámaras de Telefe.
Declaración de Brenda Uliarte
En su declaración indagatoria, Uliarte dijo que no tuvo nada que ver con el intento de homicidio, que solo fue hasta la casa de la Vicepresidenta para acompañar a su novio, que lo que él hizo le pareció aberrante y que no sabía que el llevaba un arma. Intentó exhibir un perfil despolitizado aunque reconoció tener diferencias con las ideas del oficialismo.
Ese posicionamiento en la causa choca con las fotos que ella misma había publicado en sus redes sociales cuando participó el 18 agosto pasado de una “marcha de antorchas” en la que se tiraron piedras contra la Casa Rosada.
Se pudo averiguar que Uliarte suele decir que le gustan las ideas de Javier Milei al que define como un “crack” de la economía y que se interesa por los libros de medicina, aunque de momento no hay elementos en la investigación que permitan vincularla a ningún espacio político.
Quienes siguen el expediente de cerca no descartan que, eventualmente, la defensa de Uliarte vaya a intentar que la declaren inimputable: en las últimas horas, su padre, se entrevistó con el defensor oficial Gustavo Kollman que ya pidió que se lleve a cabo un informe socio ambiental que incluirá la visita de psicólogos en la cárcel y un análisis de su situación familiar.