El Congreso de México respaldó el polémico plan del presidente Andrés Manuel López Obrador para ampliar la militarización del país al aprobar la Cámara de Diputados, este jueves, la ampliación de la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública hasta 2028.
Los cambios, que ahora deben recibir el visto bueno de la mayoría de los congresos de los estados, modifican el decreto de reforma constitucional de 2019 que creó la Guardia Nacional (GN), una policía militarizada. En él, se dio plazo hasta 2024 para que el presidente pudiera recurrir a los militares para la seguridad pública mientras se consolida la novel corporación.
"El período de cinco años otorgado a las fuerzas armadas para participar en tareas de seguridad pública requiere un plazo mayor para asegurar la atención oportuna y eficaz del problema de inseguridad que atraviesa México", defendió Lucy Meza, senadora del oficialista Morena.
Cuando asumió como presidente de México, a fines de 2018, Andrés Manuel López Obrador prometió regresar a los militares a los cuarteles, pero los uniformados han seguido patrullando las calles enfrentándose a los miembros del crimen organizado.
A pesar de su elevada aprobación entre los mexicanos, que roza el 80% según algunas encuestas, los militares se han visto envueltos en varios casos de supuestos abusos y violaciones a los derechos humanos.
"El uso de las fuerzas armadas en funciones de seguridad pública revela el evidente fracaso de la estrategia de seguridad del presidente López Obrador", dijo Gina Cruz, diputada del opositor PAN. "Las fuerzas armadas no han sido debidamente entrenadas para las funciones constitucionales de seguridad pública", agregó.
A principios de septiembre, el Senado avaló darle a la Secretaría de la Defensa (Sedena) el control sobre la Guardia Nacional, que tenía un mando civil. La medida fue duramente criticada por diversos organismos, incluida la ONU, que aseguró que se podrían incrementar la opacidad y los abusos en contra de los derechos humanos.
Andrés Manuel López Obrador se ha vanagloriado de haber reducido la cifra mensual de homicidios dolosos por primera vez en varios mandatos, pero ello no evitará que su sexenio (2018-2024) se convierta en la gestión presidencial con la mayor cantidad de asesinatos en la historia moderna de México.