El regreso al poder de Lula da Silva anticipa un cambio de época para el Mercosur, que estuvo al borde de la fisura en los últimos dos años. El realineamiento quedó explícito este lunes, cuando en la cumbre de cancilleres Uruguay fue duramente cuestionado por Argentina, Paraguay y el propio Brasil por su intento de llevar adelante negociaciones individuales. Alberto Fernández asumirá la presidencia pro témpore con el objetivo de “consolidar el bloque”. Fuentes diplomáticas anticiparon que se buscará un acuerdo comercial con América Central y el Caribe. También se intentará "destrabar las cuestiones pendientes con la Unión Europea".
Soplan nuevos vientos en el Mercosur, está claro. El tándem que Luis Lacalle Pou y Jair Bolsonaro practicaron desde 2020 en busca de “flexibilizar” el bloque, se desarticuló incluso un mes antes de que Lula da Silva asuma la presidencia del país vecino. En las últimas horas, los cancilleres de Argentina, Brasil y Paraguay apercibieron a su par uruguayo por los intentos de su país de encabezar negociaciones individuales. El detonante de los últimos días estuvo vinculado a una iniciativa para adherirse de forma unilateral al Acuerdo Transpacífico.
En sintonía con el cambio de signo político en Brasil, Fernández asumirá este martes la presidencia pro témpore del Mercosur y buscará “consolidar la unidad del bloque”. Fuentes diplomáticas anticiparon a este medio que entre sus prioridades está la idea de buscar un acuerdo comercial con América Central y el Caribe. “Daremos prioridad a regiones en las que no tenemos aún una marcada presencia y ofrecen muchas oportunidades, no solo en productos tradicionales de nuestro patrón exportador, sino también en bienes industriales con alto valor agregado”, explicaron en ese sentido.
En el equipo del canciller Santiago Cafiero consideran que esto constituye “un paso lógico” ya que “el Mercosur debe profundizar la integración en su propia región, para luego proyectarse sobre otros escenarios de gran potencial”. Sobre este punto, uno de los destinos que aparece apuntado por los trabajos de inteligencia comercial es África.
El Gobierno argentino plantea la “integración física y energética” como parte de los desafíos de la presidencia que se viene. También destaca que se trabajará en el “fortalecimiento de la unión aduanera y la concreción de una agenda verde proactiva”. Además, anticipan que se dará continuidad al Foro Empresarial del Mercosur para abordar sectores estratégicos, como la movilidad, la agricultura y la industria de salud, enfocada en la producción regional de vacunas.
Tratado Unión Europea- Mercosur
Un posible acuerdo comercial del Mercosur con América Central y el Caribe podría configurar una nueva plataforma para relanzar el pacto que todavía no se puso en práctica con la Unión Europea. Como contó este medio en otras ediciones, en el Gobierno incluso se viene planteando la necesidad de encarrilar esa discusión en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Actualmente, el tratado entre el Mercosur y la Unión Europea está congelado en el viejo continente por los reparos que Francia pone formalmente a la política ambiental de Brasil. Aunque hay quienes creen que en rigor esto responde a los problemas de competitividad que supondría para el sector agropecuario de ese país. De todas formas, hasta ahora Argentina tampoco había mostrado demasiado interés en acelerar esa discusión.
El escenario de pandemia y guerra trajo un proceso de relocalización de la producción y de reconfiguración de las cadenas globales de suministro al que el Gobierno está atento. Argentina también aparece ahora como un posible proveedor de la energía y los alimentos que Europa necesita. Como anticipó Ámbito, en los próximos días se firmará un memorándum bilateral para facilitar el comercio y las inversiones.
Todo es dinámico. Ahora en la Cancillería sostienen que se buscará “destrabar las cuestiones pendientes con la Unión Europea”, aunque Cafiero advierte que se intentará "proteger a los sectores sensibles de la industria". Según pudo saber este medio, también se acelerarán algunas negociaciones que ya están en marcha. Se trata de conversaciones con Singapur, Corea, Indonesia y Canadá, entre otros.
Uruguay cercado
La semana pasada, Ámbito dio cuenta de un comunicado conjunto entre las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay que rechazaba la actitud rupturista de Uruguay y advertía que los países se reservan "el derecho de adoptar las medidas que juzguen necesarias para defender sus intereses en los ámbitos jurídico y comercial".
Eso fue en definitiva la previa de lo que se vivió en el encuentro entre cancilleres, donde Santiago Cafiero volvió a la carga contra la aventura individual de Lacalle Pou. "Vemos con preocupación que se emprende un camino que parece ser unilateral y que, muy probablemente, podría desembocar en una ruptura", dijo el ministro de Relaciones Exteriores.
En la misma línea se expresaron sus pares de Brasil y Paraguay. El primero, Carlos Franca, dijo: “Estamos preocupados por los problemas jurídicos y comerciales que inevitablemente resultan de las negociaciones individuales”. El segundo, Julio Arriola, sostuvo que “las posiciones unilaterales socavan la imagen del Mercosur". El canciller uruguayo retrucó: “Si los miembros del Mercosur no se cuestionan la situación actual, el bloque estará condenado irremediablemente al fracaso y a la intrascendencia".
Luego del último encuentro, la tensión quedó lejos de disiparse. La pregunta que queda abierta es si Uruguay concretará sus intenciones de sellar acuerdos por fuera del bloque y si se atreverá a quedar en estado de rebeldía una vez que Lula asuma el poder en la economía más relevante de la región.