Y dijo que “quizás es uno de los motivos máximos por el que puede festejar una sociedad, porque la democracia no solo es un sistema de gobierno, es una forma de vida”.
“Debimos atravesar las etapas más oscuras de nuestra historia. La última, sin duda la más cruel, la dictadura que se encaramó en 1976, que dejó secuelas de muerte y horror que hasta hoy estamos sufriendo. Pero el 10 de diciembre de 1983 el pueblo dijo basta a una manera –la peor- de resolver nuestros problemas. Basta de horror, basta de muerte, hagámonos cargo”, expresó.
Melella dijo asimismo que “eso es la democracia, hacernos cargo de enfrentar y resolver nuestros conflictos, con lo que tenemos, con lo que sabemos, con lo que podemos, con nuestros más y nuestros menos. Hoy más de una generación de argentinos y argentinas que nacieron y crecieron en democracia la asumen y la practican como es debido, con naturalidad”.
“Sin embargo, este logro no fue fácil. Debimos cortar décadas de una práctica oprobiosa y también naturalizada por otras tantas generaciones. Los argentinos y las argentinas somos padres, madres e hijos de esta democracia que hoy cumple 38 años, y podemos decir que si hubo un tutor de esta democracia que llegó para quedarse fue nuestro querido presidente Raúl Ricardo Alfonsín.
Su prédica, su accionar, su desvelo, su lucha que a veces fue silenciosa y otras fue atronadora en los distintos estrados, estuvieron orientados hacia ese objetivo: cuidar, preservar, proteger esa democracia naciente”, recalcó.
El Gobernador aseguró también que “Alfonsín con su ejemplo logró lo que tantas veces nos proponemos desde la dirigencia, crear una política de Estado. La suya fue la democracia, el pilar, la base, la esencia sobre la cual puede generarse cualquier otra política en favor de la sociedad. Y lo logró de una manera coherente con su objetivo, haciéndonos partícipes a todos. Hoy no hay un argentino ni una argentina de bien que reniegue de la democracia, porque Alfonsín fue ese tutor, el que sostuvo, el que guió, el que protegió aquello que comenzaba a crecer”.
Finalmente, el mandatario expresó que “dicen que la historia les otorga a los hombres y las mujeres el lugar que merecen. Parece mentira que quienes vivimos aquel diciembre de 1983 ya estemos hablando de historia, pero así lo es. Y esta historia, reciente, viva, hecha piel en muchos y muchas de nosotros, le reservó un lugar de honor, de respeto y de cariño a don Raúl Ricardo Alfonsín”.
“Quienes abrazamos la política como vocación debemos volver una y otra vez a su ejemplo teniendo en claro los nuevos desafíos que la Argentina impone. Porque hoy la democracia es adulta, fuerte y está afianzada, pero las demandas de la sociedad continúan. Hagamos suyas entonces aquellas palabras que sabemos recitar de memoria y debemos cumplir en su honor y por el bien de todos y de todas: con la democracia se come, se cura y se educa”, concluyó.