A través de la misión espacial número 26 de reabastecimiento de SpaceX, el emprendimiento aeroespacial del magnate estadounidense Elon Musk, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) lanzará un vuelo a la Estación Espacial Internacional desde este martes, que cargará una densa cantidad de suministros. Entre ellos habrá un par de paneles solares nuevos, experimentos científicos varios y, además, semillas de tomate cherry o "enanas", según la traducción del nombre usado por el país del norte.
La nave espacial Dragon, la protagonista de esta historia, lleva además helados, golosinas, morrones verdes picantes, postres de arándanos y pastel de calabaza. Todos con destino a la estación espacial, siendo en total un cargamento de 3.493kg de suministros.
El despegue, realizado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA ubicado en el departamento de Florida, en el sur de los Estados Unidos, se hizo este martes 22 a las 15:54h ET aproximadamente, contando además con una cobertura en vivo que estuvo disponible desde la plataforma virtual del organismo norteamericano.
Los paneles solares que se llevarán a la estación espacial, serán instalados por fuera del laboratorio flotante ubicado en la instalación, para alimentar con energía solar, justamente, a la estación. Se sabe que se le darán uso, fundamentalmente, para las caminatas espaciales preparadas para el 29 de noviembre y el 3 de diciembre.
Cargamento espacial: por qué semillas de "tomates cherry"
Según han diagnosticado médicos ligados a la NASA, se sabe que cultivar plantas en el interior de la estación espacial brinda no solamente la posibilidad de disfrutar comida fresca y natural, sino que además el hecho de consumirlos mejora el estado de ánimo de la tripulación durante su estadía en la estación.
Se especula, igualmente, que los tomates estarán listos recién para el próximo otoño (o primavera, para los ciudadanos del Hemisferio Norte).
Para cuando las plantas comiencen a crecer, el equipo de tripulantes espera poder contar con las primeras tres cosechas de tomates a los 90, 97 y 104 días después de ese primer momento en el que las semillas florezcan por primera vez.
Cuando realicen las primeras pruebas de sabor, serán tenidos en cuenta el aroma, la jugosidad y la textura de los tomates. Durante su cultivo, se los dividirán en dos grupos, los cuales recibirán tratamientos de luz distintos. Y de ambos grupos, la mitad de cada cosecha de tomate, será congelada y enviada de regreso a la Tierra para ser analizada.
Los astronautas que estén alojados en la estación durante este período, realizarán encuestas para que desde la Tierra misma puedan monitorear sus estados de ánimo mientras cuidan y preservan el crecimiento de las plantas. Además de ver si su contacto con estos vegetales, mejora realmente su experiencia durante el aislamiento en la estación espacial. Una forma de comprobar lo que los médicos dijeron.
El sentido de estas pruebas también consisten no solamente en probar el crecimiento de nuevos vegetales en el alojamiento espacial. La idea es también empezar a probar cómo se desarrollan esta clase de cultivos en el espacio, pensando en el futuro no muy lejano en el que la NASA planea iniciar sus misiones humanas en la Luna y en Marte. Y así ver cómo podrían cultivarse estas especies en dichos escenarios. Por ejemplo, a principios de este año, un equipo de la agencia norteamericana cultivó exitosamente algunas plantas en suelo lunar extraídos de las misiones Apolo, de 1969.
Desde el organismo sostuvieron que "los tomates serán un gran cultivo para la Luna". Porque además de ser "muy nutritivos y deliciosos", desde la NASA consideran que "los astronautas estarán muy emocionados de cultivarlos allí".