Un día como hoy, pero de 1903, el científico y explorador argentino Francisco Pascacio Moreno,donó al Estado Nacional tres leguas cuadradas (7.500 hectáreas) de su propiedad, con la finalidad de que fueran “consagradas como parque público natural, manteniendo su fisonomía natural”, tal como lo manifestó expresamente en la carta de donación que escribió el 6 de noviembre de 1903.
En la nota dirigida al entonces ministro de Agricultura, Wenceslao Escalante, también exigió que “las obras que se realizaran a futuro sólo fueran para facilitar la comodidad, el esparcimiento y el descanso para la vida del visitante, de las presentes y futuras generaciones”.
Si bien la donación de ese extenso terreno que estaba ubicado en las cercanías de la Laguna Frías y Puerto Blest, al oeste del lago Nahuel Huapi, fue aceptada el 11 de febrero de 1904, casi tres años más tarde, puntualmente el 17 de enero de 1907, la superficie original se vio ampliada a 43.000 hectáreas por decreto del entonces presidente argentino, José Figueroa Alcorta.
Finalmente, el 8 de abril de 1922 se creó, bajo el mandato presidencial de Hipólito Yrigoyen, el primer Parque Nacional del Sud, con una superficie total de 785.000 hectáreas, que 31 años más tarde pasaría a llamarse Parque Nacional Nahuel Huapi (que en mapuche significa “Isla de Tigre”), tal cual se lo conoce actualmente.
A pesar de que ese mismo año también se creó el Parque Nacional Iguazú, ambos complejos naturales iban a quedar formalmente oficializados como los dos primeros parques nacionales argentinos recién en el año 1934, gracias a la sanción de la ley 12.103. Esta ley también estableció la creación de la Administración General de Parques Nacionales y Turismo.
De esta manera, la Argentina se convertía en el primer país de toda América latina, y el tercero en el mundo en crear un parque nacional. Y por eso, cada 6 de noviembre se celebra el Día de los Parques Nacionales.