El Virus de la Inmunodeficiencia Humana, más conocido como HIV o Sida, afecta a 136 mil personas en Argentina, según datos del boletín epidemiológico N° 37 del Ministerio de Salud. Si bien no afecta la fertilidad, ni en hombres ni en mujeres, los tratamientos de reproducción asistida son una buena alternativa para evitar la transmisión al recién nacido y a la pareja (cuando un miembro tiene VIH y el otro no).
“La idea de los tratamientos es lograr que una pareja serodiscordante, ya sea él o ella positivo, consigan tener un embarazo sin el riesgo de transmisión de HIV entre ellos”, afirmó Natalia Fernández Peri, directora médica WeFIV. En el caso de que el varón sea positivo y la mujer no, mediante los tratamientos de reproducción asistida es posible evitar el contagio de la futura madre. Para esto, se indica un tratamiento de reproducción, de baja o alta complejidad, con semen lavado y testeado por un estudio PCR. Con dicho examen es posible identificar si existe virus en el plasma seminal. “Si el resultado es negativo, se puede utilizar esa muestra para cualquier tratamiento de reproducción asistida”, explicó Fernández Peri.
Además, en casos de varones negativizados, es decir sin detección de virus en sangre, existe la posibilidad de tener relaciones sexuales programadas de forma puntual durante la ovulación de la mujer. Esta situación puede llevarse a cabo únicamente con autorización y expresa aprobación del infectólogo tratante.
“Si la mujer es HIV positiva, el problema es que ella contagia al hombre en la relación sexual, entonces no se trata de una problemática vinculada a la fertilidad sino que tiene que ver con el contagio entre los miembros de la pareja”, detalló Fernández Peri. Para estos casos, por lo general se recomienda la técnica de Inseminación Artificial, siempre y cuando los integrantes de la pareja tengan sus aspectos reproductivos dentro de parámetros normales.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que el VIH se transmite en el embarazo de la madre al bebé. “Se llama transmisión vertical porque es un virus que atraviesa la placenta. También se transmite por la leche materna y por el contacto con la sangre en el canal del parto”, señaló Fernández Peri y continuó: “Para evitar la transmisión vertical lo que hay que hacer es un tratamiento antirretroviral (TAR) en la mujer embarazada. Además, a las mujeres HIV positivas se les indica cesárea para evitar el contacto con la sangre en el canal de parto. Por otro lado, no deberían amamantar al recién nacido debido al riesgo de transmisión por la leche.”
HIV y Fertilidad
No existe ninguna indicación específica de que una persona con HIV deba preservar su fertilidad. El procedimiento está vinculado a la edad en la que la mujer desee ser madre. Por ejemplo, si existe una patología de base -ya sea infectológica o tumoral- que la obligue a retrasar la maternidad, guardar óvulos es una buena alternativa.
Por último, existen opciones para llevar a cabo un embarazo de forma cuidada, evitando que el bebé y que alguno de los miembros de la pareja se contagie el virus. Es importante conocerlas y analizar con los especialistas cuál es la más adecuada según cada situación particular. Hay profesionales dedicados a acompañar a cada paciente que desea traer vida al mundo para concretar su deseo con las debidas precauciones.