Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice argentino y latinoamericano, murió un día después de su última aparición pública, cuando impartió la bendición Urbi et Orbi desde el balcón principal de la basílica de San Pedro durante el Domingo de Resurrección.
La noticia generó una profunda conmoción en la Argentina y en todo el mundo. El decreto presidencial fue publicado en el Boletín Oficial y desde Casa Rosada se expresó: "Ha partido el Santo Padre, el Papa Francisco, una figura única en la historia de nuestra nación y del mundo. Un hombre de fe, de humildad, de compromiso con los más necesitados. En su memoria, decretamos siete días de duelo nacional."
El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó la medida a través de sus redes sociales: "El presidente de la nación decretará siete días de duelo por el fallecimiento del Santo Padre", y definió al Papa como "un líder espiritual y guía de millones de hombres y mujeres". "Que en paz descanse", agregó.
Por su parte, el mandatario nacional lamentó públicamente el fallecimiento del pontífice y reconoció: "haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí", subrayando que "a pesar de diferencias que hoy resultan menores".
Cabe señalar que durante los días previos, cuando se conoció el deterioro en la salud del Papa y su internación, no hubo mensajes oficiales del Gobierno nacional. Fue tras conocerse la noticia de su fallecimiento que se anunció oficialmente el duelo, medida que fue comunicada por Adorni.