Sin batir el parche y con un bajo perfil, el ministro de Economía, Sergio Massa, ha podido llevar a cabo una política de ajuste de las cuentas públicas que su antecesor Martín Guzmán no logró. Los datos duros así lo indican: el Gobierno pasó de una política de expansión de gasto que arrancó con un 19% real en enero, a una de contracción que marcó una baja del 27,7% en noviembre.
Para algunos analistas privados, esa reversión es lo que está explicando cierto marco de estabilidad del tipo de cambio de las últimas semanas y, junto con ello, índices algo menores de inflación. A principios de año, el ritmo que llevaban las erogaciones del Estado proyectaban un déficit fiscal de 3,5% para 2022, pero ahora se llegará al 2,5% acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en los once primeros meses del año “el déficit primario resultó en términos reales 7,7% menor que el acumulado en el mismo período del año anterior y el financiero retrocedió 4,1%”. “El resultado primario negativo del período alcanzó $1,9 billones, equivalente a 2,4% del PBI”, señala la oficina técnica del Poder Legislativo en su último reporte. Cabe aclarar que la OPC informa datos de la Administración Nacional y que incluye el devengado de operaciones, es decir, que contabiliza el gasto cuando se genera y no cuando se paga. En cambio, el Ministerio de Economía, brinda detalles del “base caja”, que es el que usa el FMI. El martes el Palacio de Hacienda dará a conocer sus números. A pesar de esa diferencia, el reporte permite tener una clara idea sobre la política que implementa el Poder Ejecutivo.
El informe oficial indica que si se incluye en los cálculos el pago de intereses de la deuda, el déficit de la administración pública trepó a $3,2 billones que equivalen a un 3,9% del PBI. “Con la reducción del Aporte Solidario y Extraordinario y sin el ingreso de los Derechos Especiales de Giro que se recibieron el año pasado, los recursos cayeron 4,5%”, explica el informe oficial.
La OPC refleja en su análisis el cambio de tendencia en la política económica que hubo desde la llegada de Massa. “En los últimos cinco meses los gastos primarios cayeron 18,8% año contra año, lo que contrasta con la suba de 12,5% del primer semestre”, indica el reporte.
En enero había crecido 19%; febrero, 12,8%; marzo, 16,8%; abril, 9,8%; mayo, 8,8%, y en junio, 8,7%. Ese mes hizo eclosión la crisis política que provocó la salida de Guzmán del Gobierno, siguió el interinato de 24 días de Silvina Batakis y apareció Sergio Massa, quien a decir del viceministro Gabriel Rubinstein, tomó el control del barco cuando era inminente un estallido hiperinflacionario. Entonces, en julio el gasto bajó 11,5%; en agosto 20,4%; septiembre, 15,8%; octubre, 16,8% y en noviembre se desplomó el 27,7%.
De acuerdo con el informe, las erogaciones de capital registraron en noviembre la caída más pronunciada del año (79,3%), básicamente por la disminución de transferencias a fondos fiduciarios y empresas públicas. No obstante, destaca que “hasta noviembre el crédito presupuestario subió 54,4% y más de la mitad del incremento se focalizó en jubilaciones, subvenciones energéticas y planes sociales”. “El 95% de las ampliaciones presupuestarias se aprobó por DNU y el 5% por decisión administrativa”, detalla la OPC.
Para algunos analistas, como Fausto Spotorno, jefe de economistas del estudio Orlando Ferreres, Massa no está generando una política de ajuste del gasto sino que “lo está licuando”, tal cual lo expresó esta semana en un encuentro de la Fundación Libertad de Rosario. Algunos economistas plantean que la baja del gasto tiene que ver más por el efecto de desgaste de la inflación sobre el gasto en salarios del sector público y de las jubilaciones que a cambios permanentes en la estructura del mismo.
Para el cierre del año, Massa profundizó la tendencia. Según indica la consultora Analytica del economista Ricardo Delgado, en la primera semana de diciembre, el gasto primario real fue 52,1% inferior al de un año atrás. “Respecto a igual período de 2021 se observa que la variación negativa es homogénea entre partidas. Se destaca la brusca caída en obra pública debido a que en el año previo hubo una fuerte aceleración del gasto en estas partidas durante el último trimestre, mientras en el año corriente prima la lógica de ajuste”, indicó.