Al menos 42 personas murieron y más de 17.000 huyeron de sus casas por los deslizamientos de tierra e inundaciones en el centro y el sur de Filipinas, tras la tormenta tropical más fuerte de este año, informaron este martes las autoridades.
Equipos de rescate enfrentaban el lodo y la lluvia para buscar sobrevivientes de los deslizamientos que azotaron localidades en el centro de Filipinas, donde subió a 42 el número de víctimas de la tormenta tropical Megi.
Más de 17.000 personas huyeron de sus casas cuando la tormenta arremetió en los últimos días contra el país asiático, donde inundó casas, cortó carreteras y provocó apagones.
En tanto, el personal de emergencia suspendió la búsqueda de sobrevivientes alrededor de Baybay City, en la provincia central de Leyte, luego de considerar "demasiado peligroso" operar de noche, dijo la portavoz del gobierno local, Marissa Miguel Cano.
"Se supone que es la temporada seca, pero quizás el cambio climático varió eso", indicó la funcionaria.
En varias aldeas de la provincia de Leyte, una de las más afectadas, al menos 22 personas murieron y 27 seguían desaparecidas tras los aludes, según las autoridades.
Los esfuerzos de rescate se centraron también en la localidad vecina de Cantagnos, que fue golpeada por dos aludes, mientras que algunos residentes lograron escapar o fueron sacados con vida del lodo, aunque se teme que muchos siguen atrapados.
La tormenta tropical Megi ocurrió cuatro meses después de que un súper tifón devastó gran parte de Filipinas, dejando más de 400 personas fallecidas y cientos de miles sin casa.
Los científicos han advertido que los tifones se han fortalecido más rápidamente como efecto del cambio climático.
Filipinas, uno de los países más vulnerables a sus impactos, suele recibir unas 20 tormentas por año.