La Argentina y Estados Unidos se encaminan a dar un nuevo paso en el afianzamiento de la relación bilateral, con la primera reunión que mantendrán los presidentes Alberto Fernández y Joe Biden a fines de julio en Washington, considerada desde el Gobierno nacional como una muestra del "nivel de madurez y confianza" alcanzado entre ambas administraciones.
Profundizar la relación en una amplia agenda de temas estratégicos de cooperación, entre otros: cambio climático, cooperación financiera, energías renovables, innovación tecnológica, derechos humanos y producción agro-alimentaria, serán los ejes centrales del encuentro entre ambos mandatarios que se concretará posiblemente el próximo 25 de julio.
Así lo informó oficialmente el pasado miércoles la Casa Rosada, poco después del diálogo telefónico que esa misma tarde y durante 25 minutos mantuvieron ambos presidentes, en el que Biden invitó a su par argentino a Washington y hablaron sobre la problemática de la inseguridad alimentaria, la transición energética, las nuevas cadenas regionales de valor y el cambio tecnológico con inclusión social.
El convite del jefe de la Casa Blanca a Fernández llega en un escenario internacional golpeado por las cada vez más agudas consecuencias de la guerra en Ucrania y con EEUU con ciertas dificultades para sostener su hegemonía en el continente americano, amenazada no solo por la creciente presencia de China en la región, sino también y fundamentalmente, por la exigencia de un mayor equilibrio en su relación con la potencia del norte, esgrimida por algunos países latinoamericanos.
Para el canciller Santiago Cafiero, el primer encuentro bilateral entre Alberto Fernández y su par estadounidense "implica la posibilidad de desarrollar una agenda positiva entre ambos países".
El jefe del Palacio San Martín ubicó como parte de esa agenda la posibilidad de articular mecanismos de "desarrollo que apalanquen el crecimiento económico y que sigan promoviendo la inversión de empresas norteamericanas en Argentina, vinculadas a la producción de alimentos, la minería, el litio, la energía, ya que efectivamente nuestro país tiene mucho para desarrollar allí".
"También esta reunión bilateral permitirá poder conversar y dialogar sobre cuáles son los mejores mecanismos de integración regional, que es parte de la agenda que el presidente Fernández tiene decidido conversar con su par norteamericano", en su condición de presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), apuntó Cafiero.
La invitación de Biden -concretada horas después de que Fernández confirmara su asistencia a la Cumbre de las Américas que tendrá a EEUU como país anfitrión- "no es casual ni coyuntural, forma parte de un largo proceso de trabajo en el marco de la relación bilateral en la cual vamos encontrando cada vez más intereses y valores convergentes", evaluó, por su parte, Jorge Argüello, embajador argentino en Washington..
Una nueva etapa
La llegada de Biden a la Casa Blanca, el 20 de enero de 2021 implicó una nueva etapa en la relación bilateral, que en los cuatro años del Gobierno de Mauricio Macri estuvo signada por un alineamiento automático con EEUU, lo que gravitó en el decidido apoyo que la administración de Donald Trump dio a la gestión de Cambiemos para que el FMI le otorgara el préstamo más importante que ese organismo diera a país alguno en su historia.
La buena sintonía que Fernández y Biden mantienen desde un principio quedó plasmada en una agenda positiva compartida entre ambas administraciones y las distintas invitaciones que el mandatario estadounidense cursó a Fernández para que diserte en la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático, en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima y en la Cumbre por la Democracia.
Este primer encuentro bilateral "es un paso positivo. Para el presidente Fernández implica un nuevo reconocimiento del rol que juega en la escena internacional", subrayó Argüello a esta agencia desde Washington.
En ese sentido, recordó que Fernández es el único mandatario de América Latina que fue invitado por el canciller alemán Olaf Scholz a participar de la Cumbre del G7 a realizarse en Alemania a fines de junio.
Fernández y Biden habían dialogado brevemente cara a cara el pasado 30 de octubre, en el marco de los saludos protocolares en la Cumbre de Líderes del G20 en Roma.
Argüello analizó que la reunión de máximo nivel político prevista para fin del mes próximo en Washington "es realmente una buena noticia para ambos países, que implica un registro por parte de la primera potencia mundial del rol de la Argentina y del presidente Fernández en la región" y expresó su "satisfacción" por un encuentro que juzgó "lógico y natural" en función del "nivel de madurez y confianza que adquirió la relación bilateral".
"En cuanto al escenario global, por caso, la Argentina espera realizar una contribución en los campos de derechos humanos y cambio climático, entre otros. Hay dos problemáticas urgentes en las que nuestro país espera aportar su punto de vista y desarrollar su potencial: son el campo de la energía y de los alimentos, que entraron en una situación muy sensible en los últimos meses. Ambos presidentes están muy preocupados por el mediano y largo plazo en materia de seguridad alimentaria", indicó Argüello.
De hecho, la amenaza de "un huracán de hambrunas", advertida recientemente por Naciones Unidas, esencialmente en los países africanos, que importaban más de la mitad de su trigo de Rusia o de Ucrania, fue uno de los tópicos que tocaron Fernández y Biden en la conversación telefónica que sostuvieron el pasado miércoles.
"Contribuir a aliviar la inseguridad alimentaria es una prioridad para ambos presidentes", indicó Argüello y remarcó: "La Argentina puede realizar un aporte relevante, tanto por su capacidad de producir alimentos como por la tecnología que puede contribuir a la mayor productividad de la tierra en otros países".
Al jefe del Estado argentino le preocupa además el impacto que comienza a tener la brusca suba del precio internacional de las materias primas, especialmente la energía, en la economía global y en América Latina, algo que hizo saber durante su la gira express que en mayo pasado realizó por España, Alemania y Francia.
"Nuestro Presidente traerá tanto a la Cumbre de las Américas como a la reunión con Biden una voz representativa de la región en todos los aspectos de interés común, incluyendo el desarrollo de la infraestructura, las migraciones y el fortalecimiento de las instituciones. La Argentina es un ejemplo de estabilidad democrática y capacidad de diálogo y articulación con todos los actores regionales", dijo Argüello, por su parte.
"En lo estrictamente bilateral -remarcó el embajador a esta agencia- hay mucho terreno para crecer en materia de comercio, inversiones en sectores estratégicos como minería y energía, entre otros. La cooperación nuclear y espacial, de alto interés para ambos países, también podría ser parte de la conversación" entre los mandatarios.
A pesar de que la agenda de temas que tratarán Fernández y Biden "aún está en desarrollo", el embajador sostuvo que "cabría esperar, sin embargo, que ambos presidentes analicen el desafiante escenario internacional".