En horas de la tarde de este jueves 2 de mayo, en el monumento dedicado a los 323 Héroes del Crucero A.R.A. “General Belgrano” de esta ciudad, se llevó a cabo la ceremonia para conmemorar el 42° aniversario del hundimiento.
“Estuve en ese momento, una situación difícil de recordar hoy, más allá de los 42 años aun pesan porque fueron muchos compañeros que hemos convivido unos tres años juntos”, declaró el ex tripulante en el acto en memoria de los caídos y náufragos del navío argentino, llevado cabo ayer en Río Grande.
Y recordó a sus camaradas, “Todos chicos tan jóvenes con mucha esperanza y futuro, se quedaron ahí, yo creo que sin darse cuenta muchos de ellos, porque se quedaron en los camarotes sin tener idea de lo que pasó, fue una explosión tan impactante que no ha dado momento de pensarlo”.
“En ese momento tenía 20 años y estaba en la fuerza, de hecho había varios compañeros míos que eran más chicos de 18 y 17 años que también estaban haciendo la carrera. Era una fuente de trabajo que teníamos en ese momento y una posibilidad de tener un futuro en la vida a través de la Armada. Era personal de servicio y cuando entramos en combate cubría el puesto de camillero, a cargo de llevar a los heridos a los lugares de saneamiento”, enfatizó.
Sobre los momentos previos al el hundimiento por el submarino nuclear británico HMS Conqueror, Vargas recordó: “Ese día teníamos un ataque en pinzas con otros barcos que estaban en la zona norte de la isla y nosotros en la zona sur del lado este. Por la mañana fue el toque zafarrancho de combate real, ingresamos al área de zona de exclusión. Teníamos la orden de permanecer en el sector y después se abortó el ataque porque había previsto una mal tiempo que después la pasamos en el agua”.
En el caso de su posición, “Estaba en cubierta principal, era justo el horario de cambia de guardia de 16 horas, estuvimos charlando antes con los compañeros, uno fueron a tomar la guardia y otros al camarote, lo que bajaron a cubierta inferiores ellos perdieron la vida”.
“No hubo tanta diferencia de un impacto al otro, el barco ahí pierde todo tipo de iluminación y comunicación, al ser un barco antiguo no tenía luces de emergencia quedando totalmente a ciegas. Creo que eso ha llevado a que mucha gente no haya podido salir porque no tenían iluminación.
En mi balsa estuvimos 45 horas naufragando en alta mar totalmente a la deriva con olas de hasta 10 metros de altura donde perdimos noción de todo. Ese temporal que este previsto lo pasamos en la balsa”, rememoró sobre la historia de este trágico acontecimiento.