El implemento de bote activado por fuego (FACE) no necesita de la intervención del hombre, lo que soluciona el principal problema de un extintor de fuego normal.
Entre 2017 y 2020, California, Estados Unidos, fue uno de los territorios con mayor cantidad de incendios forestales en todo el mundo. Durante esos tres años se presentaron al menos siete millones y medio de incendios forestales, de riesgo bajo a alto, los cuales destruyeron casi 50 mil estructuras, ya sea viviendas u otra clase de obras arquitectónicas.
De acuerdo con las autoridades, la mayoría de los incendios se presentan por irresponsabilidad en el manejo de los desechos por parte del ser humano. Son varios casos en los que se ha reportado que una conflagración nació como consecuencia de una persona que arrojó un cigarrillo aún encendido cerca de pasto seco. Aunque parezca poco, esta imprudencia humana puede derivar en una conflagración que puede afectar más de 50 mil acres (árboles) en esa zona de Estados Unidos.
Pensando en esto, Arul Mathur, un estudiante de último año de secundaria que asiste a la escuela Monte Vista en San Francisco, decidió crear un artefacto con el que se pudiera prevenir la propagación de los incendios forestales en su país.
“Hace dos años, mi casa casi se incendia. Cuando escuché por primera vez sobre el fuego a través de medios de comunicación, pensé: " Va, nunca llegan a nosotros, estamos a diez millas de distancia” Durante los siguientes días, el fuego creció: “Ahora está a cinco millas de distancia, pero el departamento de bomberos lo apagará”. Al día siguiente, juntamos nuestras maletas y nos preparamos para evacuar nuestra casa”, explicó Mathur por medio de la página Kickstarter, en la que creó una campaña para poder financiar su proyecto.
Esta experiencia, más la de los cientos de damnificados que han dejado los incendios forestales en California, fueron la inspiración para que este joven creara el Extintor de bote activado por fuego (FACE por sus siglas en inglés).
“Buscando respuestas, comencé a investigar por qué los incendios forestales alcanzaron el tamaño que tenían. Uno de los problemas clave que encontré fue que cuando los bomberos son alertados de un incendio forestal y toman medidas, el fuego ya se ha descontrolado”, añadió Mathur. La pregunta a responder es clara: ¿cómo poder actuar de forma más efectiva ante los incendios, cuando la reacción humana no es suficiente?
Por supuesto, la respuesta también era lógica: creando dispositivos que actúen sin ayuda del ser humano. Se necesitaba un mecanismo que, al sentir la primera chispa, se active para así evitar la propagación del fuego y prevenir las grandes conflagraciones.