Hay una gimnasia para el cerebro, que nos hace optimizar el funcionamiento de nuestra mente, más allá de la edad o, justamente, revirtiendo los efectos que pueda tener el paso del tiempo en nuestro órgano más importante.
¿Y en qué consiste? Se basa en una serie de ejercicios corporales para despejar la mente, enfocar la atención y revertir casos de hiperactividad, dislexia y trastornos de conducta. En resumen: es una técnica que propone generar nuevas conexiones neuronales para lograr el equilibrio y mejorar el aprendizaje.
“Brain gym” o gimnasia cerebral
Se trata de un conjunto de ejercicios que se pueden practicar en cualquier lugar y momento, una rutina que permite integrar distintas partes del cerebro para resolver problemas como la dislexia, la hiperactividad, el déficit de atención y mejorar habilidades como la concentración, la organización, la lectura o la escritura, entre otras.
Creada por el educador Paul Dennison, quien en 1969 fundó el concepto de kinesiología educativa en su Centro de Aprendizaje de California, Estados Unidos, la gimnasia cerebral se propone hacer de cualquier habilidad una acción refleja y automática. Algo que en algún momento fue complicado como leer o conducir, pasa a ser fácil y cotidiano.
La clave de la gimnasia cerebral es la integración de los hemisferios cerebrales ya que, generalmente, los bloqueos de aprendizaje se deben a que la persona esta trabajando con un solo hemisferio y por eso no se pude procesar la información, el cerebro actúa unilateralmente y recibe datos pero no los integra, lo que sugiere un mal manejo de la lateralidad.
Para esto, es necesario hacer una serie de ejercicios que permiten lograr el equilibrio. Al caminar nos equilibramos alternando el pie izquierdo con el derecho, lo que supone una conexión de movimientos opuestos, izquierdo y derecho, atrás y adelante, superior e inferior, lo que fomenta un estado integrado en el cerebro.
El equilibrio se restablece mediante la realización del “PACE”, un acrónimo que significa positivo, claro, energético y activo. Estas son las cuatro cualidades necesarias para el aprendizaje personal con un cerebro totalmente integrado y los ejercicios correspondientes que contienen las cualidades de energizar, aclarar, activar y positivo.
En primera instancia, se debe tomar agua porque es el único conductor de energía eléctrica al cerebro. Luego, se masajea la base del cuello y el ombligo –puntos relacionados con la medicina china- para liberar miedos, llevar más sangre a la carótida y oxigenar el cerebro. Esto permite “salir de la confusión” y aclarar las ideas.
Posteriormente, se realiza una marcha para que los hemisferios se crucen, por ejemplo, se puede tocar la rodilla izquierda con la mano derecha y viceversa. Por último, los “ganchos de Cook”, es decir, la palma de la mano izquierda sobre la derecha se pliega hasta el pecho. Esta figura representa el ocho tibetano, la energía que no tiene comienzo ni fin.
El programa continúa con la asistencia de un terapeuta que ayuda a la definición de una meta clara y concisa, una frase redactada en tiempo presente sobre la que se centra el trabajo. Luego se dramatiza la situación planteada y se aplican programas específicos de ejercicios según el caso.
Al margen de la estrategia desarrollada para cada persona en particular, los primeros pasos de la rutina de la gimnasia cerebral pueden ser realizados en cualquier parte. En la oficina, en la escuela, en el hogar, todos los días deberíamos hacer esa mínima rutina que no requiere más de 5 minutos para alcanzar nuestro propio equilibrio y poder comenzar cada día de la mejor manera.