Locales

Emilio Sáez: “La idea es que los empleados sigan porque se lo merecen”

El pasado fin de semana, los fueguinos despertaron con la triste noticia de que la tradicional Panadería La Unión, de la localidad de Tolhuin, fue arrasada por un dantesco incendio que provocó pérdidas totales. Fm Fuego conversó al respecto con Emilio Sáez, propietario y fundador del emblemático local.

En principio, Sáez expresó “ante una catástrofe como esta, se me fueron 35 años en 2 horas. No quedó absolutamente nada. En vez de abandonar, acá estamos, con una fuerza interior increíble, gracias a Dios la gente no nos deja” y contó como diferentes personas le ofrecieron dinero desinteresadamente para reconstruir la panadería, no obstante, señaló “tengo un muy buen seguro que me imagino se va a poner a la altura de las circunstancias”.

“Hay una churrería muy famosa también que reunió dinero, les pedí que no lo hicieran, pero como ese dinero ya no se puede devolver a la gente que lo hizo, decidimos invertirlo en la figura del Dr. René Favaloro. No me imagino una reapertura sin eso y el ARA San Juan, dos deudas nacionales” comentó.

Con respecto a la estructura del lugar, dijo que “hay que demoler todo, es una estructura de hormigón muy bien hecha. Ayer gente de Buenos Aires, del seguro, fueron a inspeccionar el lugar. El incendio se produjo en una heladera vertical que teníamos allí. Si nos dan el okay, junto con el intendente de Tolhuin, vamos a empezar a demoler lo que hay, para dejarlo en llano”.

Contó que “también vino una arquitecta que se ofreció a hacerme los planos nuevos y acepte” y señaló que “indudablemente la panadería va a ser otra cosa, pero va a ser más linda para los que trabajamos y para la gente. Habíamos crecido en base a las realidades que vimos en el momento, ahora podemos ponerle algo distinto”.

En este sentido, Emilio realizó una fuerte comparación “hice el recorrido de Península Mitre, estuve 26 días caminando en el bosque fueguino y le agradecí a Dios que me diera la posibilidad de hacerlo. Cuando llegamos al Río Bueno, estaban las personas que buscaban al joven Andersen. Pedro y Violeta, sus padres, también estaban ahí”.

“Hay una imagen que me quedó grabada, cuando ellos se van al río, paran y se abrazan en numerosas veces y yo pensaba en lo que significa estar yendo a buscar los restos de tu hijo, algo con que poder ir a verlo al cementerio y lo duro que es eso. Pensé en lo afortunado que soy y al otro día me pasó lo que me pasó” continuó.

“Más allá de toda esta desgracia, ir a buscar los restos de un hijo a un río no tiene punto de comparación, esto es una pelotudez, lo vamos a hacer. Mis tres hijos están conmigo y estamos sanos” sostuvo compartiendo su reflexión.

Sobre las pérdidas materiales y las llamadas que recibió ofreciendo colaboración consideró que “ante esta desgracia y tanta cosa positiva, se ve que hemos elegido un camino acertado y estamos cosechando eso, muchísimo más de lo que sembramos”.

En cuanto a los empleados y las familias que dependían de la panadería señaló que “medianamente lo tenemos resuelto porque ya teníamos en el banco los sueldos de este mes y en la caja fuerte están los del mes próximo. Debido a que teníamos un préstamo que habíamos sacado para pagar sueldos”.

Consultado acerca de si estaba pensando en jubilarse y retirarse, contó que “hace mucho tiempo vengo pensando este tema, pero la pandemia me mató, no puedo entregar una empresa con tanta deuda. La idea es que los empleados sigan porque se lo merecen, realmente tienen la camiseta puesta”.

Manifestó “creo que tengo que dar este paso, pero ahora me tengo que poner a reestructurarla, hacerla más linda de lo que era, con otra impronta y otro estilo” y agregó “el domingo me daba una pena tremenda, era un lugar donde podías ir y disfrutar de todo lo que allí había, un lugar de encuentro. Ahora hay que repuntar eso”.

“Vamos a volver a restaurar la panadería y seguramente, como dice la gente, será mucho mejor de lo que estaba, de eso se trata la vida” concluyó.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web