El proyecto, que originalmente iba a ser tratado sobre tablas, contaba con el apoyo inicial de la bancada oficialista de Unión por la Patria, la más numerosa en el Senado. Se esperaba que la propuesta contara con los dos tercios necesarios para su aprobación. Sin embargo, la intervención de los gobernadores radicales, quienes presionaron a los senadores de su partido para desistir, cambió el curso de los acontecimientos.
A pesar de que el proyecto alcanzó el número necesario para su inclusión en la agenda, la presión interna de la UCR provocó que seis senadores modificaran su postura, lo que resultó en la falta de un voto clave para su aprobación.