En el marco de esta semana santa el Monseñor Jorge Garcia Cuerva, obispo de la diócesis de Santa Cruz y de Tierra del Fuego, brindo sus palabras en FM Fuego recordando la importancia y el significado de esta fecha; “El significado es una vez más la renovación de todos en la fe, en Jesucristo que muere por nosotros y por amor. Muchas veces nos han enseñado que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, y yo digo No, el pecado no es más fuerte que el amor, Jesús muere porque entrega su vida por amor, así como entregan su vida por amor tantas personas por los demás como las madres por sus hijos, esa entrega de amor profunda es la de Jesús en la cruz, que nos elige, que nos vuelve a mirar con ojos de misericordia porque nos conoce y a pesar de eso, es capaz de entregarse por nosotros”. Además hizo referencia a que en estas fechas debemos pensar, no solamente en la entrega por amor en la cruz, sino fundamentalmente en su resurrección y en esa misma línea explicó que “la resurrección es básicamente decir, la muerte no tiene la última palabra, creemos en un Dios que así como se solidariza con nosotros, es también un Dios que triunfa definitivamente en la resurrección y de alguna manera le da sentido a nuestro dolor, a nuestro sufrimiento, a lo que nos pasa”.
Por otro lado, el Monseñor Garcia Cuerva, fue consultado sobre el gesto de Jesús cuando decide lavar los pies de sus discípulos en la última cena, en ese sentido narró que “el lavatorio de los pies era una actividad que realizaban los esclavos en las casas, recordemos que nadie tenía ni usaban calzados como nosotros, lo cual los pies era algo realmente muy antihigiénico y entonces al entrar a una casa, sabiendo que todos se iban a sentar en el piso y que por lo tanto iban a tener un contacto directo con esos pies sucios, había alguien que los lavaba. Jesús se pone a hacer ese servicio, se pone en el lugar de los últimos como siempre y desde ahí quiere lavar nuestros pies, que es lavar nuestras miserias, nuestras mugres, es lavar nuestro corazón, lavar aquellas cosas de mi vida que más me cuesta recordar, que aun a mí me dan vergüenza. Jesús con ese amor misericordioso quiere ponerse a nuestro servicio y de alguna manera, nos impulsa a ponernos al servicio de los demás. Ese es el desafío de este jueves y viernes santo, dejarnos lavar los pies por Jesús, es dejar lavar el corazón de nuestras mugres, es mostrarle toda mi vida sin vergüenza y después verme impulsado a servir a los hermanos” Finalizó.