Interés General

El Gobierno dice que no hay condiciones para una crisis y que el mercado tiene que adecuarse al nuevo plan

La primera reacción del mercado al anuncio de la puesta en marcha de una fase nueva del programa económico fue adversa: los dólares paralelos ensancharon su distancia con el tipo de cambio oficial y llevaron la brecha a la zona del 50% y el riesgo país volvió a superar los 1.500 puntos por una caída generalizada de bonos, en una rueda que comenzó minutos después de que Luis Caputo y Santiago Bausili explicaran ante los bancos los fundamentos de la nueva etapa de política monetaria.
El mercado, según sobrevuela entre los analistas financieros y economistas, esperaba alguna precisión adicional sobre una hoja de ruta para la salida de los controles cambiarios. El equipo económico no brindó detalles sobre ese plan y ratificó el esquema cambiario de dólar exportador 80-20 (entre el tipo de cambio oficial y el contado con liquidación) y el crawling peg de 2% mensual, dos elementos que empiezan a ser mirados con signos de agotamiento entre los inversores.
Caputo y Bausili hablaron este lunes por la mañana ante los banqueros, que plantearon sus inquietudes sobre el nuevo esquema de política monetaria, en el que el Banco Central fijará su tasa de interés a través de una nueva letra del Tesoro, que es quien se hará cargo de pagar los intereses que genere. De esa forma, restringiría una de los grifos de emisión de pesos. Quedaba la duda, entre los ejecutivos del sector, sobre si el BCRA se reservará una función de respaldo de última instancia para garantizar el pago de esos pasivos.
Horas después de esa reunión y luego de una jornada muy negativa en los mercados que se reflejó en indicadores financieros clave como el riesgo país, que volvió al terreno de los 1.500 puntos, y una escalada de los dólares paralelos que hicieron crecer la brecha nuevamente a la zona del 50%, en el Gobierno buscaban hacer un control de daños de la situación. “Como todo cambio, se genera incertidumbre hasta que los agentes económicos se adecuan al nuevo escenario”, se defendieron.
Caputo le aseguró a los banqueros que el peso no desaparecerá de la economía y que en una competencia de monedas, “el peso será la moneda fuerte” como consecuencia de la nueva fase de política monetaria que apunta a implementar en las próximas semanas el equipo económico. La cuestión es decisiva porque más allá del anuncio del viernes, el mercado está más atento a señales sobre lo que habrá más allá de la “segunda fase” con una regla estricta de emisión.
La unificación cambiaria y competencia de monedas volvió al centro de la discusión y el análisis entre los inversores luego de que sea retomado por el Fondo Monetario Internacional, que intentó ponerle límites precisos a un plan de esa naturaleza, con bordes más marcados y condiciones menor disruptivas de las que expresó en su momento Javier Milei.
Los técnicos del FMI mantuvieron, en ese croquis del próximo esquema monetario planteado en su informe, un rol decisivo para el Banco Central, restringieron la posibilidad de pagar impuestos en dólares -como parte de esa dolarización “endógena” planteada por el jefe de Estado- y aseguraron que debería haber un tipo de cambio administrado, más parecido a un esquema como los que adoptaron Uruguay y Perú. Es una incógnita si la distancia entre la postura oficial y la que explicitó el staff implicará un obstáculo en la negociación hacia un programa nuevo.
Por lo pronto, en los despachos oficiales creen que el mercado experimentó una “típica volatilidad” ante el anuncio de un programa monetario nuevo y que esa incertidumbre no responde a las demandas de precisiones sobre los próximos pasos de política económica sino a que se trata de un programa “pocas veces visto en Argentina”, dijeron.
“La Argentina está yendo a un programa completamente novedoso en materia de superávit fiscal, comercial, de cuenta corriente, y terminando de limpiar el problema de los pasivos del Central para terminar con la emisión para siempre. Hasta que los agentes se adecuen al nuevo escenario puede haber volatilidad. No es un problema”, consideraron.
En el mercado sobrevuelan otras inquietudes. Para Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap, “el mercado esperaba noticias de la conferencia del Ministro Caputo y de Bausili, pero no las recibió. Esto, junto con el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, contribuyó a la liquidación. Fue un día difícil para todas las clases de activos argentinos”.
“En líneas generales, el mercado no está viendo con buenos ojos que el Banco Central vaya a perder USD 2.000 millones en los próximos meses, validada por la conferencia de prensa de Luis Caputo-Santiago Bausili. Ante la especulación de un posible cambio en el esquema cambiario, se empieza a ver algo de cobertura contra el dólar”, mencionó.
“En cuanto al dólar CCL/MEP, seguimos viendo fuerte convicción en los fundamentals financieros (la cantidad de dólares y la cantidad de pesos) que evolucionan de manera positiva pero observamos que los vendedores –especialmente el campo– tenga menos apuro por vender. Por eso vemos que el nivel actual se mantenga por un tiempo. La pregunta de fondo respecto a la sostenibilidad del modelo sigue sin encontrar respuesta y esto pone limitaciones a los escenarios más optimistas”, cerró.
El analista de mercado Gustavo Ber agregó, en tanto, que “la primera reacción de los inversores, que se refleja en los activos financieros así como en los dólares financieros y libre, está siendo cautelosa y expectante de adicionales detalles sobre la implementación del nuevo esquema monetario. También se busca evaluar el esfuerzo fiscal adicional necesario y la dinámica de las reservas en vista a que el momento no habría cambios en los principales lineamientos de la política cambiaria”.
“Ocurre que no conformaron las expectativas más allá de reconocer la importancia de seguir avanzando en el saneamiento de la hoja de balance del BCRA, aún cuando ello como contrapartida requerirá de mayor esfuerzo fiscal. Una ‘brecha’ como la actual del orden del 50% debería ser suficiente, y será importante que se pueda estabilizar para evitar distorsiones y un deterioro en las expectativas”, concluyó.
Varias horas después de la reunión con las autoridades y del cierre del mercado, las cámaras empresarias de bancos privados emitieron un comunicado de apoyo a la nueva política monetaria e hicieron referencia a la otra negociación que lleva adelante el Gobierno, que es la de los puts, ese seguro que los bancos tienen sobre su tenencia de algunos bonos del Tesoro y que pueden ejercer contra el BCRA.
“Las entidades privadas de capital internacional nucleadas en ABA, y los bancos privados nacionales nucleados en ADEBA, y la banca especializada agrupada en ABE expresan su apoyo a los anuncios del Gobierno Nacional con relación al comienzo de una nueva fase en el programa económico donde se apunta a eliminar una segunda fuente de emisión monetaria relacionada con los pasivos remunerados del Banco Central”, plantearon. “Adicionalmente, manifiestan su voluntad para encontrar una solución conjunta a los compromisos existentes en los contratos de put emitidos por el BCRA, de manera de facilitar la programación monetaria”, cerraron.
En la misma línea, la asociación que nuclea a los bancos públicos, ABAPPRA, manifestó “su compromiso de trabajar en conjunto con el Banco Central para encontrar una solución definitiva a este tema” y consideró que “es fundamental mantener un diálogo abierto y constructivo para alcanzar un acuerdo que beneficie a todos los actores del sistema financiero y de la sociedad en su conjunto”.

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