Los más recientes estudios confirmaron que el ejercicio físico, incorporado a nuestra vida cotidiana, no sólo reducen ostensiblemente los riesgos de demencia en la edad avanzada -entre un 30 y un 80%- sino que además estimula en general y genera salud en un órgano tan esencial como el cerebro.
La autora principal del estudio y profesora asistente de neurología de la Universidad de California, en San Francisco, Kaitlin Casaletto, sostuvo que "las personas mayores que son más activas físicamente, tienen niveles más altos de una proteína que fomenta una mejor comunicación entre la sinapsis. La regulación de proteínas sinápticas está relacionada con la actividad física y puede impulsar los resultados cognitivos beneficiosos. Mantener la integridad de estas conexiones entre las neuronas puede ser vital para evitar la demencia, ya que la sinapsis es realmente el sitio donde ocurre la cognición".
"Todo nuestro pensamiento y memoria ocurre como resultado de estas comunicaciones sinápticas", advierte la especialista, quien se basó en un estudio del que participaron 400 personas de edad avanzada.
Al respecto, se determinó que "las personas mayores que mantuvieron un alto nivel de actividad física, mostraron más de una proteína cerebral específica que ayuda a facilitar el intercambio de información entre las neuronas. Estas también tendían a presentar un mejor rendimiento cognitivo y una reducción en el riesgo de demencia".
"Incluso, las personas de más de 80 y 90 años cuyos cerebros estaban llenos de placas amiloides y ovillos tau (las características tóxicas del Alzheimer) contenían unos niveles más altos de estas proteínas sinápticas si eran más activas", añadió.
PARA EMPEZAR A HACER EJERCICIO
- No intentes hacerlo todo al principio
- Empieza por caminar unos 5 o 10 minutos al día
- Luego, intenta alcanzar un ritmo moderado o rápido
- Se puede añadir entrenamiento con pesas
- Adopta medidas para que el ejercicio sea sostenible y se convierta en una parte de tu estilo de vida