Las tortugas marinas son una de las tantas especies que están en peligro por el cambio climático y el alto nivel de contaminación mundial. El escenario cada vez es peor y casi no hay lugar en el planeta en el que puedan vivir, de hecho en Cuba, en la lejana península de Guanahacabibes, la situación se acomplejó en los últimos años.
Si bien estos animales, históricamente se movieron cuando las temperaturas o el nivel mar sube, buscando las playas más favorables para poner sus huevos, los refugios seguros para anidar en la región ahora son menos debido a que hoteles, carreteras, las luces y las casas ocupan gran parte de las cercanías de la costa de Florida, así como la Península de Yucatán, en México y muchas islas del Caribe.
Más de dos décadas de investigación sobre estas playas cubanas, según los científicos, corrobora las preocupaciones de que el calentamiento global acumuló nuevos problemas, incluso en entornos tan subdesarrollados y remotos como Guanahacabibes en el extremo occidental de la isla.
"A veces es frustrante tener cosas que se nos escapan de las manos y que no dependen de nosotros", dijo Julia Azanza, bióloga de la Universidad de La Habana y profesora que ayuda a dirigir la investigación de las tortugas en la península.
"Uno puede tener un buen sistema de conservación, uno puede tener incluso áreas prístinas, y de todas maneras se ven afectadas por el cambio climático", añadió.
Montones de algas de color marrón rojizo se acumulan en la arena donde hace años había pocas, bloqueando el camino de tortugas al terreno de anidación.
En tanto, los corales, conchas y rocas ensucian la playa, señales de los huracanes cada vez más frecuentes e intensos. Y más cuando las tortugas hembras están eclosionando, un fenómeno que los científicos atribuyen al incremento de la temperatura del nido.
Refugio para tortugas marinas
La península virgen de Guanahacabibes, protegida y aún sin desarrollar, puede proporcionar excelentes condiciones para la especie.
Sus playas de arena blanca, aunque azotadas por huracanes en últimos años, son más inclinadas que las de los cayos bajos, por lo que son menos probable que sean consumidas por el aumento del nivel del mar.
Esos elementos hacen del parque un "laboratorio" ideal para observar los impactos del cambio climático y adaptarse a ellos, dijo Osmani Borrego, investigador y guardaparque de Guanahacabibes. "Más que luchar contra el cambio climático es adaptarse a los cambios", sostuvo.
Sin embargo, señales de esperanza brillan en este lugar.