El Congreso estadounidense está a punto de autorizar la venta de 24 aviones F-16 a Argentina, a pesar de que aún no se ha decidido si Argentina adquirirá los JF-17 Thunder fabricados en Pakistán y ofrecidos por China, o los HAL Tejas de India. La elección no solo se basará en cuestiones financieras, sino que también tendrá un impacto en la disputa geopolítica global entre las potencias occidentales y asiáticas.
El costo estimado de los F-16 ronda los 700 millones de dólares. Sin embargo, fuentes del Departamento de Estado de Estados Unidos aseguran que el Reino Unido ya ha levantado las restricciones de embargo militar impuestas a Argentina tras la Guerra de las Malvinas, allanando el camino para la entrega de los aviones.
En este contexto, Estados Unidos está haciendo un fuerte esfuerzo para asegurar el acuerdo, incluso enviando a dos altos funcionarios de defensa a Argentina en abril de este año. Recientemente, la vicesecretaria adjunta de Seguridad Regional del Departamento de Estado, Mira K. Resnick, visitó Buenos Aires y confirmó que la oferta de los cazas daneses sigue en pie.
La oferta china para la venta de aviones JF-17 incluye menos unidades, 15, pero son nuevos y con la posibilidad de encargar más lotes en el futuro. Sin embargo, la propuesta de los Estados Unidos no garantiza el armamento, lo que limitaría significativamente la capacidad de combate de las aeronaves.
Expertos del Foro Argentino de Defensa han analizado las alternativas frente al reequipamiento de las capacidades de las Fuerzas Armadas. Según los expertos, el F-16 es un avión más potente y con mayor capacidad de armamento que el JF-17. Sin embargo, la ubicación de la entrada de aire del motor del F-16 podría requerir inversiones adicionales en infraestructura aeroportuaria.
En este escenario, Estados Unidos continúa presionando para ganar la competencia, buscando mantener a China fuera de la esfera de influencia económica y militar en América del Sur.